Así que, por si alguien hubiese considerado sólo un desliz dialéctico lo dicho por el conselleiro de Sanidade en este periódico cuando dividió a los médicos del Sergas en "buenos" y "malos", acaba de publicarse un plan que desmiente el supuesto desliz y confirma su maniqueísmo. Porque el Sergas intenta a partir de 2017 medir la capacidad de su personal de Atención Primaria a través de un "paciente robot". O sea que, como diría un antiguo, váiche bóa.
Quizá convenga decir en primer lugar, que nadie, o casi, está en contra de que los funcionarios, con puestos y salarios vitalicios, hayan de evaluarse cada cierto tiempo, y sobre todo actualizar sus conocimientos a partir de las nuevas técnicas o descubrimientos. La mayoría del personal sanitario lo hace per se, porque es imprescindible para su cualificación profesional y por tanto el buen ejercicio de actividad tan delicada.
Dicho eso, hay modos y modos. Y es que si bien está que Sanidade "mida" la competencia de su personal para atender mejor a los que lo necesitan, y no conviene dejar sólo a la iniciativa de cada cual ese proceso, no lo es menos que esas pruebas, a cargo de instructores muy cualificados, pueden hacer inevitable cierto recelo de los pacientes, impulsados a dudar de si el equipo que les toque es de los "buenos" o de los "malos".
Queda dicho que en principio nada hay contra la idea de Sanidade para la formnación continuada de su persona, que parece subyacer en la intención del Sergas. Y también que otras profesiones tienen ya implantado un sistema parecido, como por ejemplo en la Educación. Pero aunque tener a escolares atendidos por un profesor "malo" es lesivo pero corregible; los errores, de cometerse, por médicos "malos" puede que no lo sean siempre.
Expuesto lo anterior, que como de costumbre es sólo una opinión personal, podría ser útil recordar que el plan, al que Sanidade destinará fondos de origen europeo y cuya gestión se hará a través de especialistas en emergencias voluntarios, es fruto del "Área de Xestión do Coñecememto e Talento da Axencia de Coñecemento en Saúde", que aunque no lo parezca, existe. Lo que no se detalla hasta el momento es qué se hará con los profesionales que no den la talla -aparte, por supuesto, de cursillos de formación suplementarios- y, además y sobre todo, cómo se enfocarán las seguras reclanaciones que puedan presentar los pacientes que no se consideren bien tratados, y más si les toca un médico "malo" cuando presente reclamación judicial. Y es que eso de ser "pionera", que tanto le gusta a la Xunta, puede ser, como el maniqueísmo, un tiro en el pie.
¿O no...?
