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José María de Loma.

Erasmus patrio

En este nuevo programa pueden aflorar rencillas nacionales

La ministra de Sanidad ha anunciado la posible puesta en marcha de un programa similar al Erasmus pero dentro de España. Definitivamente, la identidad y cohesión nacional parecen ser un problema de salud pública. Irá dirigido a estudiantes de tercero y cuarto de la ESO y también para alumnos de primero y segundo de Bachillerato. El Gobierno cree que lo de no sentirse español es una epidemia. Por eso lo anuncia Salud y no Educación. La iniciativa es buena, magnífica. Y permitirá que durante un año un joven de Lugo se familiarice con las costumbres canarias, un vizcaíno se aficione al gazpacho andaluz o un salmantino disfrute de la huerta murciana.Y que no les importe un pimiento la diversidad patria.

Pero aquí sí que pueden aflorar las verdaderas rencillas nacionales, o sea, pudiera ser que nadie quisiera ir a determinados lugares mientras que otros serían muy demandados. No sabemos cómo los nacionalistas no han puesto ya el grito en el cielo. Tal vez porque el cielo esté saturado de sus gritos y no los oiga ni Dios. Qué mal trago para Puigdemont que un chaval de Lleida o Sabadell pudiera pasar un año estudiando gallego. Imagínese, lo mismo se desvía del ideario del procés y en lo que entra es en un proceso de universalización que desdeñe sentirse mejor o superior por el simple hecho (equivalente a la lotería) de nacer en uno u otro lugar. El Erasmus español se va a llamar Cervantes. Tal vez pudiera cumplir la función que antes cumplía el servicio militar. O una de ellas. Es decir, desasnar chavales. También chavalas. Hacerles apreciar más la pluralidad. Urge que nuestros hijos sepan que tenemos quinientos tipos de queso. En fin, esto puede ser una fábrica de federalistas o de beodos, visto como se las gastan los ingleses, nórdicos, alemanes etc que campean un año en nuestro país, sobre todo en algunas ciudades, que además de tener un clima tropical en comparación con sus norteñas latitudes tienen cubatas y vino y cerveza a precio más ventajoso, amén de que gozan de más libertad y de días más largos. Mucho español igual no aprenden, pero se van bien morreados y bronceados, aprobados en gramática parda y ole por ellos y la diversión y la juventud. Bendito Erasmus y bendito Cervantes y ojalá lo doten de fondos. Y es que solo se vive (en una España cuestionada) una vez.

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