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tribuna libre

Amenazas y violencia contra las mujeres

Para contrarrestar las amenazas y violencia contra las mujeres, desde mi humilde punto de vista, considero imprescindible aportar a las mujeres habilidades que permitan afrontar el problema de las amenazas y la violencia desde su propia perspectiva y, sobre todo, con sus propios medios.

La posición vulnerable de la mujer constituye un importante foco de atención para políticos, medios de comunicación y sociedad en general en los últimos tiempos.

A pesar de los cacareos y de las reiteradas declaraciones en los medios por parte de los gobernantes y políticos en general, y a pesar de teorizaciones grandilocuentes de instituciones, ONGs, etc., no se está logrando solucionar el problema. Porque realmente no se tiene en cuenta a la víctima.

¡YA ES HORA DE LA QUE MUJER PASE A LA ACCIÓN Y SE CONVIERTA EN DUEÑA DE SU DESTINO!

VIOLENTO es aquel que obra con ímpetu y fuerza, de forma arrebatada y que se deja llevar fácilmente por la ira. Así pues, en una primera división, la violencia puede ser física y/o psicológica,

La violencia, en sus múltiples manifestaciones, se evidencia en el hogar: muchas mujeres sufren abusos por parte de un familiar en el propio hogar y no hay indicios de que disminuya el número de mujeres asaltadas y violadas en casa, a menudo por su propio marido o por su amante, o por otra persona allegada (familiar o no).

Igualmente, muchas mujeres sufren abusos en el trabajo por parte de un superior, por parte de un compañero/a, por las propias condiciones de trabajo, etc.

Y qué decir de la calle, donde muchas mujeres son atacadas por sus ex parejas, a veces ante la pasividad de los transeúntes. Otras veces son asaltadas en su propio automóvil o a la puerta de su domicilio; e incluso a veces son raptadas en plena noche, etc.

Los centros escolares tampoco son lugares absolutamente seguros, pues diariamente los medios de comunicación nos alertan con noticias sobre la creciente violencia en las aulas: chicos de la misma edad que se enfrentan entre ellos; chicos y chicas que son acosados por sus compañeros; agresiones sexuales, etc. Incluso los propios profesores no escapan a esta ola de violencia escolar, y las profesoras llevan la peor parte, quizá por su aparente debilidad.

La violencia contra las mujeres la ejercitan prioritariamente los hombres, y a veces también mujeres, en el hogar, en el trabajo, en la calle, en los centros escolares y de formación.

Para atajar esta violencia contra las mujeres se vienen proponiendo distintos medios: coercitivos: legales por parte de Jueces, Policía, etc., y sociales, buscando el aislamiento social del agresor y su rechazo. Pero está visto que los medios legales y sociales son insuficientes, por ello habrá que utilizar también otros medios: educativos, educando en la igualdad en el propio hogar y manteniendo tolerancia cero a la violencia y a la desigualdad y reforzando la educación en valores cívicos y democráticos en la escuela; preventivos: en el hogar y en la escuela, porque las mujeres, a una edad temprana, deberían entrenarse en evitar ser atrapadas por el proceso destructivo de una relación en la cual su autoestima es destrozada, o que quizá ponga en peligro continuamente su propia vida.

Lo ideal es la autoprotección integral de las mujeres: Además de los medios educativos y preventivos indicados, que parecen idóneos sobre todo para mujeres jóvenes (niñas y adolescentes), hay también otros medios preventivos y/o paliativos para mujeres adultas, que consistirán en el entrenamiento psicológico, social y legal, que se centrará en dar a las mujeres participantes un conocimiento cada vez mayor de las "técnicas de mando" de los hombres, del proceso de disminución del espacio vital, de psicología, de defensa personal verbal, de estudios de casos concretos de abusos contra mujeres a nivel policial y judicial, etc. Este entrenamiento, además de la psicología práctica, también debe incluir defensa personal física y autoprotección. Y todo ello, en conjunto, puede proporcionar a las mujeres un conocimiento cada vez mayor de la seguridad personal y una visión interior de su situación en la sociedad actual. Para ello es preciso que la mujer aprenda a reconocer "el comportamiento del que manda" desde el principio, para evitar caer en situaciones de abuso, y también a reconocer si una familiar, amiga o compañera se halla en una relación de abuso y a adoptar medidas de ayuda.

Toda esta formación puede proporcionar una autoconfianza cada vez mayor, autoestima y una seguridad que se traduciría en número menor de mujeres maltratadas y asesinadas.

*Abogado del Turno de Oficio para Violencia de Género en el Partido Judicial de Cangas y Profesor de Defensa Personal y Protección y Seguridad acreditado por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil

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