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Juan Tapia.

Cuando prevalece la incertidumbre

La semana pasada Mario Draghi quiso tranquilizar a Europa al prometer que las compras masivas de bonos -para consolidar la recuperación con tipos de interés bajos- durarían todo el 2017, un año complicado para Europa -elecciones en Holanda, Francia, Alemania y, posiblemente, Gran Bretaña e Italia-, y añadió que "la incertidumbre prevalece en todas partes".

Ayer Janet Yellen, presienta de la Reserva Federal, subió los tipos de interés americanos por segunda vez en un decenio (la primera fue hace un año) y dijo que podía haber otras tres subidas en el 2017. Se sabía que América subiría tipos porque el paro está ya en el 4,6% y la inflación en el 1,7%, cerca del objetivo del 2%. Pero la inyección fiscal a lo Reagan (menos impuestos mas inversión pública) que predica Trump (y que se parece algo a lo que pedían economistas de izquierdas) acelerará esta tendencia. Y seguramente por la inconcreción de los planes de Trump y por el fantasma del proteccionismo, Yellen añadió -como Draghi pero mas cauta- que hay "una nube de incertidumbre".

¿Pueden durante mucho tiempo convivir los tipos de interés americanos al alza con otros europeos que sigan ultrabajos? Ayer el dólar ya se apreció mientras el euro se depreciaba con fuerza. ¿Hasta dónde irá Trump con su proteccionismo-populismo que eriza a grandes multinacionales con fábricas en todo el mundo?

Y hay más incertidumbres. Un gran economista, que ha tenido cargos relevantes en instituciones internacionales, me decía esta semana en Madrid que tenía miedo a Trump. No sólo económico, por el proteccionismo, sino porque es imprevisible. ¿Presumir de hablar con Taiwan es ir a la política de las dos Chinas, retroceder a la política americana de antes de Nixon-Kissinger? ¿Cuál será la reacción de Pekín?

El presidente de Exxon-Mobil, Rex Tillerson, es un empresario de éxito que dirige desde hace años la primera petrolera del mundo pero no es seguro que eso cualifique para dirigir desde la secretaría de Estado la compleja diplomacia de los Estados Unidos, cuyo objetivo no es maximizar el beneficio sino garantizar el orden y la seguridad. Además, con muchas operaciones en la Rusia de Putin, Tillerson fue contrario a las sanciones cuando la invasión de Crimea.

Al final Mitt Romney -el candidato republicano del 2012 y la esperanza de los moderados para la secretaría de Estado- ha sucumbido a los ataques de los "hooligans" de Trump. Y su gobierno está casi exclusivamente formado por grandes empresarios, gente de Wall Street, generales con fama de expeditivos y personajes de extrema derecha. El economista que les citaba se preguntaba si los Estados Unidos -garantes del orden mundial y europeo desde 1945- se podía convertir en agente perturbador. Las consecuencias negativas irían entonces mucho más allá de la economía.

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