Mientras el sector pesquero del Reino Unido hace piña y ejerce presión para incrementar cuotas como consecuencia de "su" salida de la UE o "Brexit", es la propia Unión Europea la que se dispone a librar una auténtica batalla en el Consejo de Ministros del 12 de diciembre de 2016 que ha de decidir en torno a los TAC y cuotas de pescado a distribuir entre las flotas de los Estados Miembros.

Desde España ya se han dado respuestas y propuestas a la cita del próximo lunes en Bruselas. Así, la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores ha puesto proa a la reducción propuesta para la merluza. Una reducción que la Federación califica de "desleal" para el sector pesquero, especialmente para el de bajura (incluidos el palangre y la volanta) porque "aunque parta de una propuesta del CIEM, aplica un modelo de RMS (Rendimiento Máximo Sostenible) muy estricto, muy inferior al nivel que aconseja el enfoque precautorio del propio CIEM, y que no respeta los límites de reducción del plan de recuperación".

Esto afecta al principio de seguridad y al de confianza legítima en las instituciones comunitarias. Tal descenso anual además la subida del TAC que pueda decidirse por razón de los descartes.

Puntillosa la Federación Nacional de Cofradías, señala, en cuanto a los TAC fijados o pendientes de determinar, que el Estado debe tener en cuenta la importancia para el sector de bajura de especies como el jurel de la zona VIIIc, y de la caballa, la bacaladilla y la raya mosaico, en las zonas VIII y IX.

Hemos podido saber que el estado pedirá soluciones iguales para todas las especies de entrangulamiento, ya que si en el Mar del Norte se está permitiendo aplicar el criterio interespecies entre pelágicos y demersales, se debe permitir en el resto del Atlántico para que, por ejemplo, se pueda utilizar cuota de jurel en la pesca de gádidos (faneca, abadejo, eglefino, bacalao, merlán, etc.).

En lo que afecta al caladero nacional, la propuesta de Reglamento que establece las posibilidades de pesca para 2017, prevé una reducción importante del TAC de merluza en las zonas VIUII y IX (35,9%), y de los gallos en las zonasVIIIc y IX (un 25,7% inferior a al actual), es la aplicación del nivel de RMS. Para la merluza se negocia la cuota adicional por motivo de los descartes, y para ambas especies el Estado pedirá que se difiera a 2018 la aplicación del nivel del RMS.

En la zona VIIIc la reducción propuesta de jurel será del 45% (España pedirá que la reducción se limite al 23%, según una alternativa prevista por el ICES).

Se cerrará la pesca de la cigala en la zona VIIIc por su escaso rendimiento, si bien las cofradías barajan que, con una captura de 13 toneladas en lo que va de año, la flota se va a resentir, por lo que no considera prudente cerrar esta pesquería).

Subirá el TAC de rape 85459, del jurel en la zona IX (6,0%), de la cigala en la zona mIX (5%) y de las rayas (5%). El Estado pedirá un aumento mayor para las rayas.

Se mantiene el TAC del boquerón en la zona IX (España pedirá que se establezca el TAC mejorado de 15.000 toneladas). Se mantiene también el TAC de la solla en las zonas VIII y IX, del abadejo en las zonas VIIIc y IX y del lenguado en las zonas VIIIC y IX.

A día de hoy está por fijar el TAC en las zonas VIII y IX, y también los de la bacaladilla, la caballa, la maruca, y la raya mosaico. Y en la zona VIII el de la mielga, además de que están por incorporar las cifras que resultaron de la reunión del ICCAT.

Mucho por decidir, y miedo en el cuerpo social de la pesca. Con motivos, indudablemente.