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Javier Cuervo.

Un millón

Javier Cuervo

El Papa y la mierda

Ha dicho el Papa que consumir noticias falsas es como comer mierda. Acepto la imagen aunque para tal asunto Francisco sea falible. El filósofo Gustavo Bueno era muy preciso para esto: la noticia es el relato de un hecho, luego no hay noticias falsas sino mentiras. Lo nuevo es que hay una industria dedicada a producir mentiras con formato de noticia y hay un mercado dispuesto a consumirlas vorazmente, como mierda en plato, que diría Bergoglio. Hasta ahora esto pasaba con opinadores que son muy seguidos porque saben escribir lo que piensa mucha gente que busca textos que le den la razón.

Hay mentiras presentadas como noticias igual que hay píldoras de azúcar presentadas como medicamentos y no las podemos llamar medicamentos falsos. Se amplía el menú con mentiras al gusto para los que acuden a los medios de comunicación buscando que les den lo que quieren leer, no un relato de lo que pasa. El efecto placebo es la mejora que se siente después de tomar algo que parece un medicamento pero no lo es y después de leer algo que parece una noticia pero no lo es. La lectura de placebo quita el malestar que produce estar en discrepancia con la realidad.

El problema grave viene cuando una mentira se confunde con una noticia y cuando un placebo se confunde con un medicamento. El riesgo es alto. En el mercado las mentiras compiten con ventaja porque no necesitan todos los gastos de producción que mueve la realidad y eso favorece a los medios mentirosos y encarece la producción a los medios noticiosos, a los que obliga a perder el tiempo buscando fuentes de contraste. Esto viene fatal en un momento en que muchos medios de comunicación recortan gastos, abaratan costes y quieren ampliar público sirviendo a personas que prefieren conocer la verdad sin dejar de dar la razón a comemierdas, que diría Francisco.

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