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Antonio Rico

Huyendo de Johnny Deep

(Nota previa: sé perfectamente que el nombre correcto del actor es Johnny Depp, pero sus fans adolescentes se enfadan tantísimo cuando se comete el error de escribir mal su nombre que no he podido resistir la tentación de hacerles de rabiar a lo largo de toda la columna)

Como cualquier persona de bien, huyo de Johnny Deep. Como cualquier persona amante del cine, de los matices, de la riqueza de registros, de la versatilidad, de las películas que dejan poso, del desensimismamiento, de los valores de una sociedad democrática y de la tabla periódica de los elementos químicos planeo minuciosamente la televisión que veo con el único objetivo de evitar ese insoportable anuncio de Dior Sauvage con donde Deep va primero de duro anormal tocando la guitarra y luego va de anormal duro enterrando no sé qué en el desierto californiano. Tener una televisión pública sin publicidad tiene varias ventajas, y no es la menor reducir el riesgo de encontrarse con Johnny. Al menos eso pensé yo la noche del viernes.

Pero no. La noche del viernes TVE estaba emitiendo "Sombras tenebrosas". ¿Les parece que ya el título de la película es una parodia de un cliché de una caricatura de un tópico de un recurso manido? Pues esperen a saber el papel que interpretaba Depp, perdón, Ddep, perdón, Deep. Les doy tres opciones: a) un vampiro, b) un vampiro, c) un vampiro. Y la respuesta correcta es? ¡un vampiro! Nada más que apareció con su blanca palidez y la boca ensangrentada zapeé y me fui al Canal 24h: noticias sin publicidad, nada podía ser más seguro. Sobre imágenes del ¿actor? una voz informaba de que por segundo año consecutivo la revista Forbes había destacado a Johnny Deep como el intérprete menos rentable de Hollywood.

Acabé la noche en la teletienda de madrugada de 13tv. De acuerdo, un bucle de testimonios sobre las virtudes del Slender Guanchi para eliminar ese antiestético flotador del abdomen no es el sueño de ningún crítico de televisión, pero nadie dijo que no tuviera un alto precio ponerse a salvo de la publicidad cutre, la información rancia y las películas de Tim Barton.

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