Vetronio Turino, en la época del emperador Alejando Severo, estafaba en Roma a los incautos haciéndoles creer que podía resolver sus asuntos acudiendo a las altas esferas del poder, hasta que fue detenido y condenado a morir en la hoguera anunciándose: muere en el humo quien humo vendía.
Mientras el Mediterráneo se convierte en un cementerio y la temperatura baja en noviembre, en el barómetro del CIS baja también el PSOE en expectativa de voto, se estancan Podemos y Ciudadanos y, en plenas vistas de la Gürtel y las tarjetas black, el PP sube. La derecha se prepara, contando con la impotencia de los socialistas, para construir la nueva miseria de España para los próximos años, con sus dos primeras escenificaciones: el techo de gasto, que traerá más recortes, y la aprobación de unos presupuestos continuistas.
El PSOE se hundió el pasado uno de octubre y deja de ser, descabezado y sin líder, el principal partido de la oposición, según el CIS, con más de 5 puntos por debajo de Unidos Podemos. Baja, como le ocurrió siempre que cambió su discurso y abandonó sus principios. Y para muestra la pérdida de más de 5 puntos de su expectativa de voto con respecto al PP que supuso el viraje de Zapatero cuándo desde mediados de 2010 congela las pensiones, recorta los sueldos de los funcionarios y deja en suspenso los estímulos fiscales. O cuando, antes de las elecciones generales de 2011, la reforma exprés de la Constitución le ocasiona otra bajada de la expectativa de voto de más de 9 puntos respecto de los conservadores, dándole a Mariano Rajoy una holgada mayoría absoluta. Nuevamente ahora, como atestigua el CIS, el descabezamiento de Pedro Sánchez y la abstención para propiciar sin contrapartidas un gobierno del PP, con un decidido rumbo neoliberal, le ocasiona un descenso de más de 6 puntos en intención de voto.
No es de ahora, por tanto, el desplome electoral que afecta al PSOE, como algunos quieren hacernos ver al atribuir a Pedro Sánchez la responsabilidad de colocar a su partido en el suelo electoral más bajo de toda la democracia. Como tampoco es de ahora la connivencia de los socialistas con las poderosas élites económicas. La imagen de un partido desunido y enfrentado, que además vulnera principios democráticos elementales como forzar por parte de una mayoría de su cúpula la dimisión de un secretario general elegido en primarias por los militantes, es algo que aparte de provocar una pérdida importante de su identidad, ahuyenta a sus votantes. No están descaminados hoy los que reclaman ya la celebración de un congreso que enderece el rumbo de los socialistas, defina una estrategia clara y recupere sus principios genuinos. No le sale a cuenta al PSOE vender humo, predicar una cosa y hacer la contraria. No se puede mantener un discurso en pro de la igualdad y de defensa de los desfavorecidos desde los consejos de administración de las grandes empresas, con sueldos millonarios, y pretender al mismo tiempo obtener el apoyo de la mayor parte del electorado. Como tampoco predicar una democracia participativa, que cuente con la militancia, y después, por no convenir a los mejor instalados, dar marcha atrás a la primera de cambio. Quien humo vende en el humo se ahoga.
Con este panorama, y siendo uno de los puntos del pacto entre Rajoy y Rivera la limitación de los mandatos de los presidentes de gobierno a 8 años, contados a partir de la fecha de la firma, es decir, a partir de ahora, con toda probabilidad contará el presidente investido con 2 largas legislaturas para llevar adelante sus políticas neoliberales de ajustes ante un electorado resignado. ¿Tomará nota el partido socialista? Como dice el refrán: hasta que es padecido, el mal no es conocido. Le queda un camino largo; mejor llevarlo con paso corto.
*Vecino da Estrada y miembro del Ateneo Estradense y del Círculo de Podemos.
