Aunque lo parezca, está visto que Mariano Abalo, ese inefable concejal de Urbanismo de Cangas, mucho no se debe ocultar cuando va a comer por ahí y se reúne con gente importante. Lo digo porque siempre lo "cazan". Ya sea en Moaña, Vigo o en Bueu. Abalo no sabe camuflarse ni tiene intención de pasar desapercibido, de lo contrario creemos que sabría hacerlo mejor. Ahora mismo su suerte con el disfraz corre pareja a la del inspector Clouseau en la Pantera Rosa. Su torpeza para el disfraz queda de manifiesto. Claro que dicen que el PP tiene satélites en órbita que siguen al concejal de ACE allá donde va. Él no se queja. Ayer subía y bajaba dentro del ascensor municipal, inasequible al desaliento.
Hay ausencias que matan
Hay ausencias de que matan, tanto como los amores. De las primeras hubo muchas ayer en Cangas en el acto de Irmandades da Fala. Pero ya verán como todos, todos, tienen excusa. Y eso que todos en el gobierno presumen de galegofalantes. Pues este movimiento bien merecía un acto más multitudinario que el que tuvo lugar. Será otra vez culpa del dichoso acueducto. Es una magnífica disculpa.
