La Xunta ha dado a conocer la partida presupuestaria que destina a Pontevedra y no es precisamente que a la capital le haya tocado la lotería. Todo según lo previsto y el guión queda incompleto a expensas de bucear en el documento y ver si en alguna partida común hay un desvío para obras en la capital.
De momento, habrá que conformarse con los 11 millones para el edificio judicial cuyas obras ya están iniciadas, 1 millón para el proyecto del Gran Montecelo y 100.000 euros para la reforma de la estación de autobuses y su conexión intermodal con la de Renfe. Se refleja una cantidad escasa para el saneamiento de la ría de Pontevedra que necesita una inversión de 45 millones de aquí a 2020, y nada se dice de la tan cacareada mejora de la carretera de Vilagarcía con el desdoblamiento de sus carriles y su humanización entre Curro y Pontevedra. Todo queda en agua de borrajas, o en aguas empatanadas como lo del dragado del Lérez, que ni está ni se le espera.
El PP asegura la reforma del edificio de la Xunta de Benito Corbal y una nueva residencia para nuestros mayores, pero al igual que la tan prometida variante de Alba, solo es un compromiso. Y eso provoca resquemor en el ciudadano que no tiene a sus políticos, precisamente, por cumplidores de sus promesas.
Lo que sí sabe el ciudadano, es que el 1 de enero, como manda la tradición, tendrá que pagar más por electricidad, gasolina, tabaco, alcohol... Ahí sí son cumplidores los gobernantes.
