¿Qué tuvieron en común dos artistas tan singulares como Lina Morgan y John Balan, más allá de su peculiar vena artística? Este acertijo parece un tanto extravagante; sin embargo tiene su motivación bien asentada. El eslabón de enlace no fue otro que la comedia musical "Mujeres o diosas", donde trabajaron ambos a mediados de los años cincuenta, aunque no llegaron a coincidir en ningún momento.
Aquella obra de M. Filos, con música de Dotras Vila, resultó decisiva tanto para ella como también para él, porque marcó un antes y un después en sus respectivas trayectorias profesional. Les dio suerte a ambos.
Lina Morgan actuó por primera vez con ese nombre artístico en "Mujeres o diosas", cuando el empresario tuvo que sustituir a Mercedes Llofriu, la actriz que estrenó la obra un año antes. Hasta entonces Lina Morgan solo había sido María de los Ángeles López. De modo que así comenzó su imparable trayectoria, de éxito en éxito, con aquella pieza cómico-lírica.
John Balan también puso una pica en Flandes con su participación en "Mujeres o diosas", puesto que triunfó por vez primera en Madrid. Entonces todavía carecía de nombre artístico; su bautismo como tal no surgió hasta bastante tiempo después.
Al filo de los años cincuenta, Manuel Balan viajó por primera vez a la capital de España, de la mano del empresario José Santiso. Pero la experiencia salió mal, a juzgar por el testimonio del propio Balan, recogido por Wladimir Dragossán-Rafael Pintos en su biografía imprescindible sobre el "hombre orquesta".
Balan no solo no conoció al famoso Cesáreo González, tal y como le había prometido el tal Santiso, puesto que el productor cinematográfico estaba de gira por Sudamérica con Joselito. Al fracasar ese contacto, el empresario que iba a convertirlo en estrella rutilante lo dejó tirado y Balan regresó como pudo a Galicia para continuar su periplo musical, de un lado para otro.
Radio Madrid, la emisora estrella de la cadena SER, resultó providencial en la carrera artística de Balan. A mediados de los años cincuenta, la radio pasaba por su momento álgido y se colaba como Perico por su casa en el cuarto de estar de los hogares españoles. Además de las radionovelas, también los programas de música en directo gozaban de una gran audiencia y enorme popularidad.
Por intermediación directa de dos periodistas gallegos que trabajaban en la capital de España y conocían sus cualidades musicales, Manuel Balan se presentó en Radio Madrid. No lo hizo a una hora cualquiera, sino en su programa estrella: "Cabalgata fin de semana", que primero condujo el inolvidable Boby Deglané y luego tomó su relevo José Luís Pecker. Este último locutor, que también comenzaba a gozar de una enorme popularidad por su magnífica voz y su personal estilo, dio la alternativa a Balan.
Su actuación resultó tan lucida, que repitió programa la semana siguiente. Eso ocurrió a mediados de 1955 y así surgió su gran oportunidad en "Mujeres o diosas" como integrante del trío Los Pibes.
Sobre la historia de su vida, Balan nunca precisó si Los Pibes se formaron poco tiempo antes o si se montaron exprofeso para intervenir en aquella gran comedia musical por mediación directa de Adrián Ortega, su actor principal y también director de escena.
Sea como fuere, Los Pibes se integraron en el importante elenco artístico de "Mujeres o diosas", cuyo estreno tuvo lugar en el Teatro Madrid la noche del jueves 24 de noviembre de 1955. Una fecha clave para Balan.
Aunque puso algún que otro reparo de menor importancia, el crítico teatral más influyente de España, Alfredo Marquerie, elogió el espectáculo en su estreno por su presentación, por su variedad y por su música. En términos generales habló de una revista de "categoría internacional" en su página del ABC, que quitaba y aupaba cualquier obra en la cartelera madrileña
Además de destacar la actuación del trío protagonista Llofriu-Ortega-Camoiras, solo hizo Marqueria una alusión expresa a dos números del espectáculo: el ballet alemán "Hiller Girls" y el trío español Los Pibes.
El temido comentarista se deshizo en elogios sobre el ballet alemán, no solo por la belleza, sino también por la destreza de sus catorce bailarinas. Y también ponderó a Los Pibes, con una mención personalizada en "un pequeño humorista de original gracejo", en clara referencia a Manuel Balan.
"Mujeres o diosas" obtuvo un notable éxito, tanto de crítica como de público en Madrid. Luego triunfó en Barcelona, ya con Lina Morgan como artista principal.
Balan habló maravillas poco tiempo después sobre aquella experiencia madrileña en "Mujeres o diosas" en una de las primeras entrevistas que Pedro A. Rivas Fontenla firmó como redactor de la revista Litoral. Estaba más que encantado y satisfecho porque su cotización había subido a 300 pesetas por noche, un caché que no era moco de pavo.
Quizá influido por el título de la obra y también por su ambientación, cuando el incisivo reportero le preguntó por su vida amorosa, Balan se mostró un tanto despreciativo: "De mujeres nada -contestó- O me dan diosas, o no quiero nada". Rivas Fontenla no hizo ninguna apostilla.
Al concluir su temporada en el Teatro Madrid, la compañía preparó una gira por Portugal y Los Pibes se encontraron con un contrato de tres meses encima de la mesa que aceptaron de inmediato. Entonces ocurrió lo inesperado: la puñetera "mili" truncó la oportunidad de oro del joven Manuel Balan.
Al solicitar el pasaporte para viajar al país vecino, que entonces era el extranjero y el pase de su frontera estaba muy vigilado, Balan había cumplido 22 años y estaba declarado prófugo. Obviamente, no le dieron el pasaporte y pasó a cumplir de inmediato el servicio militar en Infantería de Marina en Ferrol.
"A nosotros, los artistas, no nos va la vida militar", dijo Balan a Pedro Antonio Rivas, sin duda el periodista que mejor conoció al personaje. Cuando dispuso de su primer permiso, regresó a Pontevedra para actuar como artista invitado en un concurso de nóveles que organizó la Sociedad Cultural Deportiva Salcedo.
Entonces Manuel Balan demostró ante el público pontevedrés que había aprendido mucho, mucho, durante su estancia en Madrid y que había regresado hecho todo un artista.
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