Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Juan Tapia.

Trump: la OCDE se precipita

Ya lo advertí la semana pasada: ¡estén atentos este domingo! Si los austriacos eligen a Norbert Hofer será la primera vez desde 1945 que un país europeo tiene un presidente de extrema derecha. Un triunfo del populismo nacionalista. El referéndum de Italia es más complejo pero si Renzi pierde habrá inestabilidad y problemas en los bancos de la tercera economía del euro. El BCE actuará pero la UE tendrá otra sacudida.

El gran problema -lo ha dicho Mario Draghi- es la incertidumbre política, y primero la que viene de la potencia americana. Hay una guerra interna en el campo de Trump, donde los radicales se oponen frontalmente a "pagar" la paz con los republicanos tradicionales con la secretaría de Estado -un cargo clave- para Mitt Romney, el candidato republicano del 2012.

Trump ha nombrado secretario del Tesoro a Steven Mnuchin, antiguo banquero en Goldman Sachs y hombre clave en su campaña, y secretario de Comercio a Wilbur Ross. Dos nombres que no han sorprendido y que han confirmado las líneas generales del discurso electoral. Fuerte rebaja fiscal (del 35% al 15% para las empresas), grandes inversiones en infraestructuras y vigilancia con las exportaciones "dumping" de China y México que -dicen- destruyen el tejido industrial americano.

Pero el demonio está en los detalles. Llama a dos americanos de la élite financiera para aplicar un programa keynesiano (más crecimiento en base al déficit inicial por la bajada de impuestos y el gasto público en inversión) y populista (proteccionismo reduciendo importaciones).

La OCDE se ha precipitado al asegurar que este programa elevará el crecimiento americano y mundial en el 2017 y 2018. Se basa en que los estímulos fiscales -que economistas de izquierdas como Paul Krugman pedían pero que la mayoría republicana en el Congreso vetaba- pueden dopar una economía que crece a más del 3% con una tasa de paro inferior al 5%. Y más cuando la política monetaria está agotada.

Pero hay incógnitas. La deuda es mucho más alta que cuando Reagan hizo su rebaja impositiva en 1980. Se temen los efectos sobre la inflación y los tipos de interés así como un bandazo en la Reserva Federal. Y el gran miedo radica en los efectos de esta política en el resto del mundo, en especial si la negociación con China acaba en guerra comercial. Difícil porque China es el mayor tenedor de deuda pública americana y, lo dijo Hillary Clinton, no es inteligente complicar la vida de tu banquero.

Compartir el artículo

stats