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Pedro de Silva

Niñaterías

El líder de IU, Alberto Garzón, acusaba estos días a Iñigo Errejón de sostener posiciones parecidas a las de Santiago Carrillo. O sea, denunciaba su "carrillismo" como una desviación de la supuesta buena línea. El argumento del "desviacionismo" es clásico en las organizaciones comunistas, y en otro tiempo daba lugar a terribles purgas. Hay algo en estos nuevos comunistas de nostalgia de lo que era el PC antes de Carrillo, pero como la política carrillista de reconciliación, que se anticipó dos décadas a la Transición, arranca ya de 1955, habría que remontarse a la postguerra o a la misma Guerra Civil, en la que por cierto ya estaba Carrillo en el grupo dirigente. O sea que, al final, si hay que extirpar de la memoria ese tejido enfermo nos quedamos sin PC. No solo eso, sino que IU perdería de su bagaje al personaje que resultó decisivo en la construcción de la democracia española.

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