Que en la pesca de arrastre y la ecología no hacen buenos compañeros de viaje es algo tan cierto como que el mar existe.

No es menos cierto que tampoco hacen buenas migas el arrastre y las demás artes de bajura. Pero, sin embargo, el arrastre es necesario. Entre otras cuestiones porque, por ejemplo en Galicia (hay otras comunidades en las que el arrastre no existe) no se concibe la desaparición de especies muy estimadas en la mesa y de gran rentabilidad económica para quienes las capturan por un hecho tan banal, a su juicio, como es la pesca minoritaria procedente del arrastre que, sin embargo, proporciona a la industria pesquera buenos dividendos, altos porcentajes económicos a las rulas y armadores y, a cuenta de beneficio, salarios para los tripulantes que permiten, a su vez, que las tiendas del barrio, los supermercados y todo tipo de superficies comerciales pervivan, como perviven empresas que, de no existir esa actividad extractiva, tampoco crearían puestos de trabajo en tierra.

Datos: el arrastre se realiza en fondos en los que otro tipo de artes no actúan. Playas o zonas arenosas o fangosas son las que, preferentemente y de forma prácticamente única (salvo que en el arrastre se utilice el tren de bolos, práctica que, como se conoce, está penada en los barcos españoles) eligen los arrastreros para realizar su tarea. De esta actividad, España presenta un panorama en el que las capturas superan ligeramente las 300.000 toneladas anuales. Pero es que España captura también anualmente 1.250.000 toneladas de pescado (son datos de la patronal pesquera Cepesca). Es decir: el arrastre significa la quinta parte de lo que la flota pesquera española captura anualmente.

¿Es tan dañino?

No será el arriba firmante quien niegue que pescar en arrastre es perjudicial. Pero ¿qué arte no depreda, no causa perjuicio a un stock? ¿Se va a renunciar por ello a esos artes que nos permiten seguir comiendo pescado? ¿Se va a evitar que las empresas pesqueras renuncien a su sistema de vida, cuando aquellos que acumulan más denuncias contra el arrastre -por ejemplo las organizaciones medioambientalistas- no renuncian a las subvenciones que les llegan de empresas que tampoco tienen muy limpia su actuación ambiental? Porque no me dirán ustedes que la extracción de petróleo es una actividad limpia.

Estoy convencido de que el arrastre actúa en unas franjas o pesquerías que, de no ser por ellos, los arrastreros, se quedarían al margen de la pesca porque otros tipos de barcos con artes distintos a los del arrastre no las tendrían como objetivo.

Ni las distintas administraciones ni el resto del sector pesquero han de ver necesariamente un enemigo en el sector del arrastre. Su actividad, la del barco arrastrero, es tan digna como cualquier otra a efectos de la pesca.