El presidente Feijoo acaba de resultar investido en el Parlamento de Galicia. Después de más de siete años de gobierno, el país está en una situación que exige acciones políticas urgentes en determinadas direcciones, si como sociedad queremos de verdad combatir algunos de los graves males que nos afectan.

Algunos de ellos, desde el mismo momento de su toma de posesión en 2009. El gobierno del Partido Popular careció de un modelo económico y de política económica para Galicia, y centró su trabajo de manera casi exclusiva en la aplicación de una política de recortes sin estrategia, marcándose como principal meta el cumplimiento de los objetivos de déficit público, y olvidando hacer una política económica anti-cíclica para la modernización del país y el bienestar de sus habitantes.

Feijóo tiene que dejar de ser un gestor aplicaos de los recortes llevados a cabo por la derecha, para actuar sobre una situación económica, demográfica y social que lleva años empeorando. En sus años de gobierno, la economía gallega perdió peso y potencia, la población se redujo y envejeció y la ciudadanía empeoró su nivel de vida con respecto a 2009.

Es necesario revertir el desmantelamiento y debilitamiento de la economía gallega que afectó al sector financiero, al sector lácteo, al sector pesquero, al sector naval... Galicia perdió fuerza económica, perdió cantidad y calidad de empleo, ignoró a sus jóvenes, obligados a emigrar muchos de ellos, y olvidó a sus mayores. Se han perdido casi 120.000 empleos desde 2009, con una afectación más grave a los jóvenes, las personas paradas de larga duración y las mujeres.

Antes la creciente desigualdad en un contexto de recuperación económica que profundiza en la injusticia, únicamente el empleo de calidad puede ser la solución. Lamentablemente los datos nos hablan de otra realidad, la última Encuesta de Población Activa (tercer trimestre de 2016) muestra la intensidad insoportable con que ha arraigado la precariedad laboral en nuestro mercado de trabajo. La tasa de temporalidad ha vuelto a subir, situándose ahora en un 27,4%, casi duplica la tasa media de la Unión Europea, un 14,3%. Sr. Feijóo, la precariedad laboral es un problema de primer orden para nuestro país.

Temporalidad y bajos salarios, con un salario bruto medio anual que se ha reducido notablemente desde el año 2010. En el caso de Galicia, además tenemos el tercer salario medio más bajo de España, sólo por detrás de Canarias y de Extremadura; y si nos fijamos en los trabajadores temporales, su salario es casi un tercio inferior al salario medio; por lo tanto, precariedad y pobreza laboral, dos caras de la misma moneda.

En este contexto de graves dificultades sociales, Galicia perdió cohesión social y bienestar de forma acelerada desde el año 2010 hasta hoy. La crisis y las políticas de recortes del gobierno conservador han dejado un panorama desolador en el ámbito de las políticas sociales, sanitarias, educativas, de acción social e igualdad.

Porque la gestión de las políticas de bienestar ha estado marcada por la constante reducción presupuestaria y por las políticas de privatización de los sectores públicos, en algunos casos de forma muy intensa, como en la política sanitaria con el nuevo Hospital "Álvaro Cunqueiro", que los vigueses conocemos bien. Una discriminación a Vigo que se añade a otras muchas? el "olvido" en su discurso de investidura de la conexión directa del AVE entre nuestra ciudad y Madrid resulta, una vez más, imperdonable.

Temas como la financiación autonómica, que estará con fuerza en la agenda política, y los presupuestos para 2017, que Feijóo ya ha anunciado que serán expansivos, nos darán una buena señal de su voluntad de revertir estos procesos de privatización profundamente injustos.

Pero esta dura realidad que se manifiesta, dato tras dato y encuesta tras encuesta, no debería de resultar ignorada por la intensa publicidad y propaganda del gobierno Feijóo. En el último año el número de hogares sin ningún ingreso, ni salarios, ni pensiones, ni subsidios, ha aumentado en 5.000 y afecta ya a 35.000 hogares en Galicia (110.000 personas). Al lado de éstos hay 75.000 hogares (225.000 personas) con todos sus miembros en paro ¿Dónde está la recuperación para todas las personas? El presidente recién investido debería de responder...

Ésta es la situación de Galicia a día de hoy; muy lejos de la lección de complacencia que en varios momentos de su discurso de investidura nos dio Feijóo; que ya ha sido investido y que debe de empezar a fijar las prioridades más urgentes de su acción política. Los socialistas, desde la oposición intentaremos desarrollar con responsabilidad nuestra labor de control e impulso al gobierno gallego. Un gobierno al que sustenta una mayoría en el Parlamento, pero que debe atender prioridades y objetivos que en las dos legislaturas anteriores no había considerado.

*Diputado del PSdeG-PSOE en el Parlamento de Galicia