Con bastante adelanto el soplo mágico de la ya cercana Navidad empieza a impregnar nuestros sentidos, dejando que a su libre albedrío el subconsciente nos empuje a un desmedido afán de buscar ilusionantes deseos, frecuentemente quiméricos.

Nos sumimos en un mundo onírico dejando que, con el timón en sus manos, la inconsciencia persiga, sin escatimar medios, que se materialicen tales sueños, con la condición sine qua non de despreciar el freno de la utopía.

Pero resulta que poniendo los pies en el suelo podemos celebrar gozosos que Vigo haya encontrado un par de ilusionantes y esquivos tréboles de cuatro hojas, acuñando cada una de ellas un hito positivo y significativo para el desarrollo global de nuestra ciudad.

Así, en la hoja superior izquierda del primer trébol se certifica la inminente acometida de obras en la estación ferroviaria de Urzáiz, para concluir el proyecto de Mayne y adjudicarle de pleno derecho el rango de intermodal, al incorporar la ansiada estación de autobuses, con pleno acuerdo entre Xunta y Concello, porque, gracias a algunas modificaciones, se eliminan las costosas expropiaciones en Alfonso XIII y no hay problemas para las residuales. Entendimiento y escollo salvado.

En la hoja superior derecha se ofrecen claros indicios de que la naviera Maersk no abandone Vigo e, incluso, que Guixar recupere lo ya perdido, porque la realidad de donde se ubica la clientela ya obligó a aquella a prolongar por tres veces su operatividad en Vigo. Aunque no hay nada definitivo, es de esperar que los pájaros no disparen a las escopetas.

En tercer lugar se nos invita a celebrar la sintonía entre Concello y Zona Franca para consumar el proyecto urbanístico de La Panificadora, brindando al centro de la ciudad un nuevo, amplio y humanizado espacio. A la búsqueda de ideas en concurso por parte del Ayuntamiento añade Zona Franca su planteamiento para la parcela que le corresponda. En cualquier caso, sin controversias, se busca una solución atractiva y dinamizadora para todo el entorno.

Completa este primer trébol el loado proyecto del arquitecto señor Penela para la remodelación del icónico Pirulí y toda su zona. Los trámites burocráticos caminan por buen sendero y la judicatura acoge con entusiasmo la ubicación de la Ciudad de la Justicia.

En la segunda flor observamos que accionistas y trabajadores de la Estiba han decido establecer negociaciones que, con sensatez, pongan fin a una perjudicial situación que enfrenta a la Colla con una Autoridad Portuaria que viene mojándose en defensa del cumplimiento de la ley y advirtiendo con claridad de una posible denuncia ante la Comisión Nacional de Mercados y Competencia; puesto que ya no hay obligación de contratar exclusivamente a través de la Sociedad de Estiba. Cabe augurar que las nuevas condiciones de competitividad harán que, a partir del próximo enero, se hable de un antes y un después.

También vuelve saltar a la palestra en una hoja de este segundo trébol la Plisan, la esperada Plataforma Logística de Salvaterra/As Neves que, durante años, ha estado bailando la yenka, un pasito adelante y un pasito atrás. En esta ocasión la actualidad surge por discrepancias entre la Asociación de Empresas de Ingeniería y la Zona Franca. No parece llegar a mayores y como las obras avanzan razonablemente, esperemos que pronto el puerto seco venga a paliar necesidades de su homónimo vigués. Y aceptemos que es bueno que hablen de uno, aunque sea mal.

En la tercera hoja la buena nueva de que el Concello inicia los trámites para que las Cíes sean consideradas patrimonio de la humanidad. Se envía informe/solicitud a la Xunta para que, con su respaldo, lo haga llegar al Gobierno Central, al que corresponde la presentación ante la Unesco. Es el colofón a una planificación encaminada a darlas a conocer, con festivales de música, visitas turísticas, invitación a bloggeros, etcétera. El recorrido es largo y lento, pero como las islas a las que los romanos llamaron de los dioses reúnen todas las condiciones que la Unesco exige, hay que acoger la noticia con alegría y optimismo y tal vez sin olvidarnos de que Ons es su inseparable pareja de baile.

La cuarta hoja de este segundo trébol se reserva para los responsables de la cosa pública decididos a colaborar con generosa solidaridad al desarrollo de la primera ciudad gallega y haciendo que al valor intrínseco de cada hito se deba añadir la adenda del entendimiento.

Todo ello quizás serviría como argumento para un cuento de Navidad, en el que los bucólicos villancicos se sustituirían por el estruendo trepidante de la actividad industrial. Elucubraciones aparte, hemos aireado un puñado de significativos eventos que, pese a la ficción de los tréboles, tienen auténtico realismo y exigen que se mantenga la lozanía de las flores, cuidándolas con mimo, erradicando la mala hierba de intereses particulares y fertilizando con el abono del bien común.