Finalizando casi el año, no quisiéramos dejar de recordar el LX aniversario del nuevo templo parroquial, inaugurado oficialmente en el año de 1956, después de pasar por muchas vicisitudes, por fin se abrió al culto en el mes de marzo, dando por terminada la obra en diez años, aunque a decir verdad quedaban muchos detalles por rematar, tales como bancos, lámparas, etc. Debemos recordar que el nuevo templo se construyó debido al esfuerzo y perseverancia del párroco don José Sáez Pichel, que incluso dedicó toda su herencia y parte de la de su familia al nuevo templo. También debemos recordar, porque es de justicia, a don Salvador Moreno que fue el valedor ante la administración: Ministerio de Justicia, para que no faltaran ni decayeran las aportaciones y subvenciones, ya que algunos momentos así fue. Haciendo algo de historia, debemos recordar que ésta nueva iglesia, fue la sucesora de otra, por cierto muy bonita y armoniosa, con su rosetón central, que se había construido en sus inmediaciones, en el lugar conocido como "Campo de la Feria", que se había levantado con la cooperación de los marinenses de Argentina, especialmente por don Narciso Orelo García, prócer marinense desgraciadamente en el olvido. Se habían comprado los terrenos en 1900 y su construcción comenzó en 1912, y una vez finalizadas las obras, quedó abandonada por entender que era pequeña y hasta 1941, con la llegada del nuevo párroco Don José, se convierte en el gran impulsor de la construcción de la actual iglesia.
Y así en 1945 queda definido el proyecto que además comprendía una vivienda para el párroco, despacho parroquial, archivo, sala de reuniones, et., etc. que estarían adosados a la iglesia en la parte lateral derecha del presbiterio, que desgraciadamente quedaron finalmente si construir. Con un presupuesto de doce millones de pesetas, sufragados por las colectas parroquiales y por las subvenciones del Ministerio de Justicia. Las obras dieron comienzo en 1946 con la colocación de la primera piedra, utilizando la del derribo de la anterior iglesia, de la que en el altar mayor se conservan hoy dos de sus capiteles. Las obras comenzaron con muy buen ritmo, pero hubo momentos que quedaron prácticamente paralizadas por falta de subvención. En 1950 se consigue dar el último impulso hasta su finalización. La iglesia es de cruz latina con tres naves y ocupa una superficie de 125 metros cuadrados, con unas medidas aproximadas de 54x29. Destaca su sobriedad y robustez, de estilo barroco y con una fachada de una sola torre, en la que destaca la imagen de la Virgen del Puerto y el pórtico de entrada. Finalmente fueron rematándose los detalles y las campanas, por cierto con la aportación de los jóvenes marinenses que en 1961 y dirigidos por el coadjutor don Severino Rey Lapido, organizaron una representación teatral para recaudar fondos, a la que asistió el Dúo Dinámico. Por ello en este LX aniversario queremos recordar a todos los marinenses que contribuyeron a su construcción y en especial al párroco don José Sáez Pichel.
