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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El alivio

Así pues, dicho con la mejor de las intenciones, supone un alivio que precisamente el día en que el señor Rajoy daba cuenta de su nuevo gobierno, en el que se estrena un ministro de Fomento que fue alcalde de Santander, se conociese la noticia de que Medio Ambiente desbloqueaba por fin el tramo que todavía falta para concluir definitivamente el AVE de Madrid a Galicia.

El alivio, conste, no procede de sospechas por el cambio en el ministerio ni desconfianza hacia su nuevo titular, sino de la experiencia acumulada: en Galicia ya se sabe que los plazos de obras públicas son apenas una referencia dudosa y están pendientes de los imponderables; con cualquier gobierno, aunque con unos más que con otros. Y que nadie se engañe: de ahí las suspicacias.

Y es que no pocos residentes en este lado del Padornelo tienen la mosca detrás de la oreja después de los cambios habidos en Renfe por iniciativa de la ya exministra, y que se explicaron -poco y mal- por retrasos en las obras y al parecer la falta de diligencia en la solución de asuntos burocráticos. Y como en Galicia el que más o el que menos recelar en ese tema, los dedos se le hicieron huéspedes a muchos.

Dicho eso, y sin pretender causar alarma, no se puede olvidar, visto desde aquí, el aviso reiterado de "Ciudadanos" de convertirse en una especie de controlador permanente del PP en el cumplimiento de sus pactos. Y entre ellos es posible que se incluya algún tipo de cláusula "discreta" acerca de las condiciones. Y como el señor Rivera dijo en su día que la terminación del AVE en Galicia era prescindible; y aunque luego lo matizó, fue como de pasada. Pues lo dicho; que la alerta es continua.

Algunos calificaron esta tesis, como han hecho antes otros, como "perfidia del localismo" aunque ahora no lo dejarán tan claro porque tienen clientes en gran parte de la geografía gallega a los que conviene no sulfurar. Pero lo digan como lo digan es un argumento falso; la defensa del AVE gallego equivale a la del futuro del país y por tanto hay que ejercerla con firmeza total.

Item más; en el conjunto reivindicativo, de las mejoras ferroviarias gallegas podría -y debería- incluirse algún otro capítulo como la llegada de la alta velocidad al lado portugués del Miño y, por supuesto, una conexión con Lugo. Y no se puede aceptar que contra ello se argumente en clave de rentabilidad económica porque el coste sería elevado y no se compensa con beneficio a medio plazo.

Se ha repetido muchas veces que el rédito social debe contar también; aunque sólo sea para que no se cumpla lo de que sólo los necios confunden el valor con el precio,

¿Eh...?

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