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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

El cachondeo de Fefiñáns

Que un gobierno que se dice progresista mantenga abierta al tráfico la plaza de Fefiñáns es una aberración mayúscula. El cuatripartito de Cambados tiene que dejarse ya de milongas y proteger el espacio histórico más importante de la localidad, pese a quien pese.

Los comerciantes asentados en este entorno monumental se equivocan en su agorero y fatalista pronóstico pues, por el contrario, el cierre revaloriza todo lo que hay alrededor de este hermosísimo recinto del siglo XVI.

Nadie imaginaría hoy que se permitiese el paso de coches -salvo los oficiales- por la concurrida plaza do Obradoiro ni mucho menos por las plazas mayores de Madrid o Salamanca, ni siquiera por A Ferrería en Pontevedra.

Los gobiernos tienen que ser valientes y demostrar que saben gestionar la ciudad que tienen que dirigir. Cambados no puede tener cuatro alcaldes y que cada uno de ellos sea amo y señor de su parcela. El Ayuntamiento es la suma de esfuerzos y no la fracción.

Lo sucedido en Fefiñáns hace una semana al permitir el aparcamiento de varias decenas de coches en este recinto es bochornoso, un cachondeo. La policía debería actuar de inmediato y enviar multas a diestro y siniestro. Basta con analizar la fotografía y copiar las matrículas.

Pero más ridículo si cabe es la explicación. Un gobierno, o un representante del mismo, no puede salir con excusas tan peregrinas como que los coches aparcados formaban parte de una comitiva nupcial.

A los cambadeses no se les puede tomar el pelo de esa manera. Da igual si iban a una boda o a un bautizo porque a solo unos metros había aparcamientos suficientes para no manchar la imagen de la plaza de Fefiñáns.

Cambados se recorre perfectamente a pie. Los coches no se necesitan para ver con calma este hermosísimo pueblo de O Salnés.

Basta ya de argumentos peregrinos y de rivalidades tan absurdas sobre competencias de uno y otro concejal. Los ciudadanos no se merecen tales despropósitos. No les votaron para que les dejen en ridículo ante los demás vecinos de la comarca. Fefiñáns es un bien de todos los cambadeses y sus gobernantes tienen la obligación de protegerlo. Dejar que entren coches es un ataque al patrimonio. Además lo saben.

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