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Adiós, director; bienvenido, asesor

No se va, no. Se queda. Pero no como director-gerente, que es lo que durante casi 40 años ha sido en la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), José Ramón Fuertes Gamundi, el hombre al que Vigo y la pesca gallega debe, como mínimo, la internacionalización de la ciudad gracias a la producción pesquera. Se queda, sí, para trabajar detrás del telón.

Fuertes Gamundi, emocionado en su peculiar bonhomía y timidez, recibió el pasado viernes en el bellísimo pazo de Cea, en Nigrán, el testimonio de más de un centenar y medio de personas que, de una u otra manera cuentan en el sector pesquero, que le expresaron su reconocimiento incondicional. Algunas de estas personas, representativas en grado máximo de ese mundo duro y entrañable a la vez que es el mar y la política pesquera. Desde la pesca de bajura a la de altura y gran altura, pasando por las representaciones oficiales de entidades y organismos, algunos excargos públicos (secretarios generales de Pesca como José Loira Rúa o Juan Carlos Martín Fragueiro, exconselleiros de Pesca como Enrique López Veiga -actual presidente de la autoridad portuaria de Vigo- o Carmen Gallego) y actuales cargos en funciones como el secretario general de Pesca, Andrés Hermida, o la conselleira do Mar, Rosa Quintana, se sumaron al alcalde local, Abel Caballero, para arropar a Fuertes Gamundi en un momento crucial para él como es el decir adiós, definitivamente, a su responsabilidad como director-gerente de ARVI, y hacer oficial su aceptación para formar parte como asesor del Consejo Científico de la Cooperativa, una entidad que debe seguir dando ejemplo en el sector pesquero de cómo un buen equipo de trabajo -ahora capitaneado por José Antonio Suárez Llanos, quien con Reinaldo Iglesias y el propio Fuertes Gamundi formaron parte de la esencia misma del trabajo mancomunado para hacer que ARVI fuese algo más que un simple impulso nacido en los primeros años 60 del siglo pasado para convertirse en el legítimo orgullo de Vigo y Galicia- puede ejercer como motor tanto en España como en Europa y buena parte de América y África.

Fuertes Gamundi aparcó su condición de biólogo y se convirtió, en el seno de ARVI, en el hombre que todo lo negociaba, que todo lo analizaba exhaustivamente, que aprendía al andar por sendas comunitarias hasta entonces poco o nada transitadas. Fue, sin duda, el gallego que, teniendo casa en Galicia, tenía como tales también hoteles de Madrid o Bruselas, en los que pasaba tanto o más tiempo que en el domicilio propio. Ha sido, probablemente, el gallego que más kilómetros ha recorrido en avión para hacer sonar con fuerza el nombre del sector pesquero gallego allí donde hacía falta solidez en el argumento, saber ceder en determinadas pretensiones, y hacer firme el cabo de remolque al barco de la UE para traer esta a puerto seguro.

Ahora, desde el Comité Científico de ARVI, José Ramón Fuertes echará un vistazo a los ecos del radar económico y social de esta entidad en la que echaron los dientes la mayoría de los que hoy conforman una cooperativa de armadores que muchas otras tienen como espejo en el que mirarse. Fuertes Gamundi seguirá ahí, echando una mano donde haga falta.

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