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José Manuel Ponte

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José Manuel Ponte

De Eisenhower a Donald Trump

En bastantes medios -incluidos los muy conservadores- se hacen cruces con las declaraciones machistas, misoginas, racistas y en general maleducadas de Donal Trump, el multimillonario candidato a la presidencia de los Estados Unidos de América por el Partido Republicano. Y en algunos casos hasta se asombran de que un personaje de esas características puede haber llegado a esa situación de privilegio superando en la carrera de la nominación a otros correligionarios seguramente con mas méritos que los suyos. Desgraciadamente, no constituye una excepción dentro de ese partido.

Desde el final de los dos mandatos del general Dwigt Eisenhower (1953-1961) los prohombres republicanos que lo sucedieron en la ocupación de la Casa Blanca no fueron precisamente un ejemplo a imitar en cuanto a moral y capacidades intelectuales. Richard Nixon (1969-1974), que fue vicepresidente con "Ike", hubo de cesar en el cargo durante su segundo mandato acosado por el escándalo Watergate y por una serie de prácticas mafiosas que acabaron enfrentándolo con gentes todavía más poderosa que él; de Gerald Ford (1974-1977) se llegó a decir con cruel ironía que en su caso eran patentes los peligros de haberse arriesgado a jugar sin casco al fútbol americano cuando era universitario, una forma eufemística de aludir a su escasa agudeza mental; Ronald Reagan, el que más éxito tuvo (se le atribuye la derrota de la Unión Soviética llevándola a la ruina con la "guerra de las galaxias y el liderazgo de la llamada "revolución conservadora") no era precisamente un intelectual y su mayor mérito, como veterano actor secundario, fue leer muy bien los discursos ante las cámaras de la televisión.

Quizás el más listo de todos ellos (llegó a dirigir la CIA antes de acceder a la Casa Blanca) fue George Bush senior (1987-1993) que supo negociar el final de la URSS con la camarilla de Yeltsin, a parte de negarse a la ocupación definitiva de Irak tras la Primera Guerra del Golfo. Nada que ver con su hijo George Bush junior (2001-2009) un dipsomano rehabilitado y con obsesiones pseudo-místicas, que llega a la presidencia de forma vergonzosa tras un pucherazo electoral. Este segundo Bush,el amigo de nuestro Aznar, utilizó el pretexto de los atentados del 11-S para invadir Afganistán e Irak y hundir todo Oriente Medio en el caos y en la ruina con las consecuencias que están a la vista. Y si a esta lista de presidentes republicanos le unimos la lista de candidatos excéntricos a la presidencia empezando por Spiro Agnew y Barry Goldwater y terminando por el propio Donald Trump, nos haremos a la idea de que la nómina política de los republicanos adolece de talento.

La última figura de talla entre los conservadores fue el general Dwigth Eisenhower, un héroe de la Segunda Guerra Mundial que al final de su doble mandato hizo un lucido juicio sobre los peligros del militarismo con estas palabras: "Nuestro trabajo, los recursos y los medios de subsistencia son todo lo que tenemos; así es la estructura de nuestra sociedad. En los consejos de gobierno debemos evitar la compra de influencias injustificadas ya sean buscadas o no por el complejo militar industrial... y debemos evitar que esa conjunción de intereses ponga en peligro nuestras libertades y nuestros procesos democráticos".

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