Nos fuimos el domingo a comer a "O Palancas", ahí en Crecente, por una carretera que, si yo fuera tan buen lírico como el profesor Félix Bello, diría que avanza entre prados de hierbas aromáticas que perfuman el aire. Dejamos atrás el pazo de O Barreiro, donde vivió aquel Abade de O Couto que dio caña a los franceses en 1808 en la Ponte de Mourentán y llegamos a esa parroquia de Villar en la que está el restaurante y donde, por cierto, nació el juez de paz Román Iglesias, que la cantó en algún libro. Lleno el restaurante, incluida una mesa de cazadores que estrenaban apertura de veda, nos sentamos en una mesa desde la que se observaba un hermoso paisaje cruzado por el río Ribadil y serpenteado de viñas albariñas de la propia casa. Fuimos a por el cocido pero vimos por las mesas gentes de tierra adentro enfrentándose a chuletas, chuletones de envergadura, solomillos, empanadas de todo lo posible, pescaditos fritos.. . aunque pudieran haber sido lampreas en otra temporada. Quién le diría a la señora Filomena allá por los años 30 que aquella tienda suya que tenía de todo, un Corte Inglés ruralita, que pasó al borde de los años 50 a manos de Joaquín Martínez Cerviño y Maruja Lobariñas, "a da tenda", llegaría después a las del hijo de estos Jorge Martínez, "Koke", perito agrícola de buena y profesional fama que con su mujer, Rosa Giráldez, redondearía desde 2004 esas comidas que ya daba Maruja (¡vaya callos que hacía! ) ampliando con este restaurante al que no hay dieta que se resista.
De bueyes y membrillos
Como somos gente de presupuesto justo, un día antes habíamos cenado en "La comidilla" del barrio viejo vigués un pollo sencillo pero bien guisado por el hábil cocinero del lugar para nosotros porque no está en la carta. Para que lo adelantáramos con unos bueyes de la ría y comprarlos a buen precio, tuvo que sacrificarse Luis "Molinero" y esperar toda la noche, jugando al futbolín con Manolo en suVagalume, lugar de cita de noctívagos,a que llegara el albapara acceder en su mejor momento al Berbés. No puedo olvidar que, con el queso postrero, trajo también un membrillo que causó admiración e, interrogado acerca de su origen, confesó que era obra doméstica de la profesora en el colegio de Peitieiros Mercedes Castro Nieto, que goza en Gondomar su tiempo libre con las cosas de la huerta y sus derivados. ¡Qué membrillo!
Nadie muere la víspera
Me cita mañana a las 7 de la tarde en la Biblioteca Central (Joaquín Yáñez) Marita Vázquez de la Cruz, portavoz de la asociación de mujeres "Diálogos 90" .Y es que a esa hora del miércoles Stella Estrada, una pura colombiana injertada años ha en Ourense por su matrimonio con un puro ourensano, como era Julio Losada, va a ser presentada con su libro, "Nadie muere la víspera" por el Presidente de la Real Academia Galega, Xesús Alonso Montero. La escritora, bióloga, que vino a España para hacer su tesis doctoral, hace partir este tercer libro suyo de un acontecimiento que debería haber ocurrido en la España de Franco. Su peripecia es narrada por el dueño de la pensión donde se aloja una chica colombiana, como ella pero muerta de frío, de morriña (los colombianos también la tienen, aunque sabe Dios cómo la llamarán) y llena de curiosidad, sorpresa e ilusión.
Hablar bien de Vigo
Y hoy va a ocurrir algo inusual en Vigo. Una veintena de vigueses se van a reunir para hablar bien de la ciudad o intentar hacerlo. ¡Oh, Dios mío! ¿Será posible? Se dice de lo vigueses que somos más dados a criticar nuestra ciudad que a ensalzarla, y no sé si es cierto pero el otro día me insistía en ello una natural de Santa Eugenia de Ribeira enamorada de nuestra urbe. Bueno, lo que digo es que hoy, los miembros de la tertulia "Café Vigués", que son todos premio Vigués Distinguido, (Manuel San Juan, Carlos Mañas, Ramón Villot, Mary Quintero o y otros presididos por el ex juez Antonio Lorenzo) y que en anteriores encuentros se han dedicado a perfilar lo negativo de Vigo, hoy van a tratar y reconocer que es una ciudad hermosa y para vivir.
