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Mariola, Alejandra y Pasiños

¿Cuántas personas habrán entrado en el fantástico mundo de la danza a través de la escuela viguesa Pasiños, abierta en López de Neira por Marina Cobián y María Gloria Casais hace 38 años? Marina y Gloria han cumplido celosamente una bella misión, no solo han sabido ser maestras sino que han conseguido ser queridas, y ahora han dado paso a otro dúo femenino que ya trabajaba con ellas en la enseñanza y han pasado a gerenciar y refrescar la academia: Mariola Pérez Puga y Alejandra Cela Calleja. A Alejandra yo no la conocía aunque sí a su siempre afable progenitor, pero conocía a Mariola al menos desde que en 1991 coincidimos en Barcelona cuando ella era una bailarina radiante y por vez primera una de esas chicas navideñas de las "burbujas Freixenet" que tanto impactaron, o a lo mejor fue en el año 2000 en que repitió y se presentó a la prensa la campaña en el Liceo barcelonés, con Penélope Cruz de artística invitada. Ella aún volvería en 2010 y hace unos tres años. Era una bailarina radiante, ahora es además una maestra radiante de Ballet Clásico y Danza Española como Alejandra lo es de Gallega e inician una nueva etapa de "Pasiños", introduciendo "Pilates" con Elena Conde". ¡Suerte, a la femenina bicefalia!

El conxuro de Mariano

Hablaba ayer yo con Jenaro Comesaña, el de la librería del Calvario que lleva su nombre, y me dice que acababa de estar allí "O Queimador". ¿Y a quién llaman así y con razón? Pues nada menos que a Mariano Marcos Abalo, que va mucho por esa librería con el fin de adquirir material para sus trabajos, sean de heráldica, papel para viñetas humorísticas... Jenaro admira a Mariano y no en vano porque no solo es el inventor del más popular "conxuro" de nuestra queimada sino que su artístico talante le ha llevado, además de ser un maestro fastuoso como queimador por el ritual que desarrolla, a la talla en madera y marfil, a ilustración de bombos, panderetas y otros elementos de la tradición musical gallega... Tú le ves paseando tranquilo con su pipa y no imaginas su prolífica diversidad creativa. Es capaz tanto de ser pregonero como hacer con unas aceitunas unos pendientes, ganar un concurso de poesía (es del grupo Brétemas de Vigo) y el de la camelia con una de marfil, o hacer un dibujo heráldico y luego un ornamental texto que explica el origen del apellido. Es además un coleccionista feroz y si entras en su casa puedes ver desde una colección de 300 pipas hasta, yo qué sé. Pero lo que más le distingue es su buen humor. Merecería ser Vigués Distinguido.

Macías, qué 83 tacos

Otro que tal baila es el vigués Manuel Alonso Macías, con el que estuve tomando un café en el Don Gregorio el otro día, siempre sembrado el encuentro por su omnipresente buen humor. Macías, que tiene 83 impecables y clamorosos tacos y melena al viento, viudo que escribió "Manuela", un sentido libro en homenaje a la memoria de la mujer, con la que tuvo ocho hijos, fue profesor de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Vigo pero en su larga vida hasta hoy se ha licenciado en Historia, Derecho y Ciencias Políticas y ahora cursa Filosofía por la Universidad a Distancia como si hubiera querido imitar a aquellos sabios del Renacimiento. Me dice que ahora se contenta con el humanismo y la poesía y de eso trataba su libro "Poemario". Y como autor está ahora embarcado nada menos que en escribir "Setenta años de la historia del Instituto Santa Irene", que a tantos vigueses os excitará vuestra memoria sentimental porque allí pasasteis años mozos.

Mulleres do silencio

Y hoy iremos a la inauguración en el Museo Marco de una exposición en clave femenina que clama ser visitada: "Mulleres do silencio". ¿Cuál ha sido el papel de las pintoras gallegas desde antes de la Guerra Civil hasta hoy? Desde Mónica Alonso, Berta Cáccamo, Elena Colmeiro hasta Julia Minguillón, Rosalía Pazo o Mercedes Ruibal, unas 30 en total.

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