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OPINIÓn

Triquina humana, que no animal

Un sobresalto en toda regla. Y no es para menos, si aparece por medio la triquina, como antes la brucelosis que causó estragos en la cabaña ganadera de la provincia. Con la inminente llegada de las matanzas do porco y las enchentas de cocido, un plato gastronómico de referencia en esta tierra, ciertas proclamas son de una toxicidad peligrosa. Que el presidente de los veterinarios, a su vez jefe territorial de la Consellería de Medio Ambiente, y como complemento edil de Sanidad en el Concello de Pereiro de Aguiar, Juan José Gómez, diga que no disponen de medios para realizar las pruebas de triquina, es para hacérselo mirar. Un disparo a la línea de flotación de la seguridad alimentaria, que afecta directamente a productores, consumidores agradecidos, establecimientos de hostelería y, cómo no, a esos paisanos del rural para los que la matanza es un ritual con esencia. Está claro que la realmente peligrosa es la triquina humana, y no tanto la animal. Lo reconozco, do porco me gusta todo...hasta los andares.

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