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La semana de A Ferrería

Un resultado cantado

Los resultados en Pontevedra de las últimas elecciones autonómicas han sido tan concluyentes para Feijóo que al PP pontevedrés se le iluminó la cara. Ni los muchos años de retrasos para la puesta en marcha del nuevo hospital, ni tampoco la prórroga de Ence por otros sesenta años en la ría les pasó la más mínima factura.

Y puestos a buscar razones de este rotundo éxito, del que muchos dudaban tras las movilizaciones organizadas por ambos asuntos, cabe pensar que en estas elecciones los ciudadanos votaron por descarte.

Los candidatos de PSOE, En Marea, BNG y Ciudadanos, grandes desconocidos no generaron la más mínima confianza, y si había alguna en quince días de campaña la dilapidaron. Solo la candidata del BNG, Ana Pontón, supo mantener el tipo, especialmente en el debate televisivo donde fraguó su liderazgo. Pero no nos equivoquemos, ya que en el gran feudo que es Pontevedra para los nacionalistas, éstos fueron la cuarta fuerza, toda una bofetada para el orgullo del BNG que siempre pone a Pontevedra y su modelo de ciudad como ejemplo.

Lores, que se implicó en esta campaña arropando a su concejal Luis Bará, que era el candidato por esta provincia, parece ir perdiendo fuelle. El Bloque solo logró ganar en la parroquia de A Canicouva, un bastión poco rentable en votos. Esto dice bien poco de la fuerza nacionalista, que no ha podido sacar rédito de asuntos como el Gran Montecelo o el complejo industrial de Lourizán. Otro tanto les pasó en Poio, Marín, Sanxenxo y restantes municipios de la comarca, ahondado así en una trayectoria negativa en los últimos años que han convertirlo al BNG en un partido casi residual. Una mujer tuvo que acudir en su rescate, ahora falta que sea capaz de renovarlo. Difícil tarea.

Y el PSOE local, más de lo mismo. Sigue, como el Bloque en una carrera descendente y ya En Marea le supera en votos en la ciudad del Lérez. La crisis interna en este municipio, nunca superada y solo aplazada por los tres concejales logrados por Tino Fernández, ha dado paso a otra mayúscula que generó su líder nacional, hasta ayer, Pedro Sánchez. El hombre que se creyó nacido para gobernar hundió a su partido, y para colmo mientras el PSdeG-PSOE a nivel provincial disparaba contra Ferraz, el PSOE de Pontevedra se abrazaba a un Sánchez que ha acabado por hincar la rodilla. Los socialistas locales jugando por tanto, una vez más, a caballo perdedor.

Y a Marea le han perdido sus trifulcas aquí y allá y que la gente les va conociendo. Ya no sorprenden y mucho menos ilusionan. En cuanto a Ciudadanos, Galicia pasa tanto de ellos como ellos pasan de Galicia. Así pues, normal sus pésimos resultados.

El PP se ha encontrado con todos los triunfos en la mano entregados por sus propios rivales. Sueñan ahora con hacerse con la Alcaldía de Pontevedra dentro de un par de años, pero tendrá que saber jugar sus bazas de aquí a las municipales y presentar un candidato que ofrezca confianza. No se puede permitir otro traspiés. Se lo demandan sus militantes y hasta el propio Mariano Rajoy deseoso de quitarse de encima aquella absurda declaración de persona non grata con la que le obsequiaron BNG, Marea y PSOE.

Con este panorama político cómo no iba a arrasar Feijóo y el PP. La pregunta era sencilla. ¿Quién es el menos malo? Estaba cantado.

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