Del Garlic a los Cuarenta

Cenamos en el Garlic, ahí en la calle Uruguay, donde me sorprendí de lo bien que concilian un bar con barra y terraza de combate con una cocina inesperada, sin pretensión de estrellarse con michelines pero hecha con amor. (¡bien, Maribel Faro!). Allí nos reunimos convocados por la disco Cuarenta algunos supervivientes de la superdiscoteca La Donna é Móbile, las actual Siete Torres, que llenó de memoria las noches de Vigo de aquella movida de los 80. Gente como Santi Curto, jubiloso narrador de memorias noctívagas que debieran ser escritas, Mariluz March (¡qué madurez más bien llevada!) o el que fue DJ de la Donna, Moncho Pescata (otra memoria prodigiosa de aquellos años), pero también Eduardo Ortiz, pisicólogo que nos mandaron por si teníamos algún desarreglo emocional; Lolo Picallo, el DJ en activo con más años de profesión en Vigo (casi 40) y el actor y RR.PP. Carlos Veleiro, que me contaba que desde finales de los noventa los hábitos de ocio nocturno en Vigo han cambiado considerablemente, y que las cifras que hoy se manejan en comparación con las de "los años de la movida" resultan sorprendentes. Zonas que entonces eran habituales como Gran Via, Avd. de Europa, Samil, Arenal... menguaron o desaparecieron con el paso del tiempo mientras otras aguantaron y se adaptaron a una legislación cada vez más restrictiva para el sector.