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José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

El mercado contraataca

Se estaba dilatando más de lo conveniente la tarea de formar un gobierno que fuera grato a los mercados, la situación empezaba a generar impaciencia por la negativa del señor Sánchez a abstenerse en favor de la investidura de Rajoy, y los mercados han reaccionado con prontitud. El protocolo fue muy parecido al que se describe en las novelas de la serie negra. Primero le mandaron a Sánchez unos mensajes a través de unos hombres de la organización con fama de persuasivos, de esos que recomiendan sensatez para evitar males mayores mientras te ponen la mano en el hombro y te miran directamente a los ojos. Luego, como se resistía a entender de qué iba la cosa, le fueron creando un clima de opinión irrespirable a través de los medios, sobre todo de los más afines (el llamado "fuego amigo"). Y por último, pasaron a la acción de forma contundente porque cuando con la discreción no se logra nada es preferible un rápido desenlace, aunque sea momentáneamente catastrófico para la imagen del partido, que una situación pantanosa.

El ataque estuvo bien programado y perfectamente medido en el tiempo. A primera hora de la mañana del miércoles compareció Felipe González en una importante cadena de radio para ser entrevistado a la hora de mayor audiencia. Dijo que Sánchez lo había engañado porque le prometió que después de votar en contra la investidura de Rajoy en la primera instancia, se abstendría en la segunda para facilitar su acceso a la jefatura del gobierno. "Me siento defraudado", confesó con tono compungido. Luego, el entrevistador, que ya debía de estar al tanto de lo que se tramaba, le preguntó insistentemente sobre lo que tendría que hacer Sánchez en el caso de que la mitad más uno del Comité Federal le negase apoyo a sus planteamientos. González fue muy escueto en su contestación: "Tendrá que dimitir". Palabras proféticas. Poco después del mediodía se presentó en la sede del PSOE un emisario para entregar el escrito de renuncia de 17 miembros de ese comité con el propósito de forzar la dimisión de Sánchez. "Es hombre muerto", se oyó en algunas tertulias radiofónicas que no son precisamente partidarias de los socialistas. En otras tampoco fueron más benévolos en sus juicios. Por ejemplo, el ingenioso columnista de un periódico conservador comparó a González con el dirigente máximo de Spectra, aquella organización criminal de las películas de James Bond. "Ahora estará acariciando al gato", comentó entre risas (el dirigente máximo de Spectra solía acariciar a un gato precioso mientras planeaba maldades).

No sabemos qué rumbo tomará la crisis del PSOE que con 137 años de existencia es la formación política más antigua de España pero en cualquier caso la salida será dolorosa dada la agresividad con que se producen los enfrentamientos. Aunque históricamente hubo trifulcas más serias que esta. Sin remontarnos al periodo anterior a la Guerra Civil, todos recordaremos la dimisión táctica de González cuando propuso el abandono del marxismo; el cambio de rumbo respecto de la OTAN; o la liquidación política de Borrell después de haber sido elegido candidato a la presidencia del Gobierno. Cuando hay una crisis mucha gente mete la cuchara. Como el señor Feijóo que alardea de haber desencadenado el caos en el PSOE con su triunfo en Galicia. En fin...

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