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La calma reflexiva antes de la vorágine electoral

Desde hace más de un año parece que vivimos en contante campaña electoral. Tanto que los españoles ya podemos dar lecciones al resto del mundo de cómo votar. Aunque cosa distinta es que los políticos entiendan el mensaje que le transmiten los ciudadanos a través de las urnas. Jornadas de reflexión como las de ayer, después de dos intensas semanas de mitines y de todo tipo de actos para solicitar a los vecinos el voto, son casi como un oasis de paz. Pero no se confíen. Es la calma antes de la tempestad. Hoy vuelve la vorágine electoral con las votaciones y los sesudos análisis de los resultados. Pero ya saben cual será el resultado: todo el mundo gana y nadie pierde.

La constatación de que nunca llueve a gusto de todos

También es casualidad que después de un verano tan seco vaya a caer un chaparrón justo en el día de la procesión del encuentro de cofradías de Semana Santa. ¿Será que los cofrades se olvidaron de ponerle la vela a algún santo? Lo que está claro es que los más contentos eran los taxistas de Cangas, que cuando se suspendió la procesión no daban abasto para atender tanta demanda de taxis.

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