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Santiago Lago Peñas.

Urgencias para la próxima legislatura (VII)

Santiago Lago Peñas

Sistema universitario

El sistema universitario gallego puede mejorar. Pero hay que centrar el debate. En primer lugar, despejar la idea de que lo primero que hay que hacer es fusionar universidades, utilizando la misma lógica con la que hablamos de aeropuertos u otras infraestructuras. No tiene nada que ver. La masa crítica para que un aeropuerto pueda ser relevante en el mapa es de millones de personas. Universidades de 20.000 o 30.000 estudiantes son norma por el Mundo adelante. De hecho, las mejores están en estos rangos o por debajo. La Pompeu Fabra, referencia en España, cuenta con unos 14.000 estudiantes, incluyendo los de grado y postgrado. Tres universidades para un país de casi tres millones de personas es algo muy razonable en perspectiva internacional.

Tampoco la eliminación de campus es algo que debería ocuparnos tiempo. Tener siete campus universitarios permite capilarizar mejor los beneficios de la universidad, acercarla al tejido productivo y social. Lo que sí debería preocuparnos y mucho en este ámbito es tener un mapa de titulaciones pensado globalmente. Como de hecho se hizo cuando se diseñó la descentralización de la USC a finales de los años ochenta. En la década siguiente nos olvidamos de esa hoja de ruta y cometimos errores. Lo que toca ahora es corregirlos, como de hecho llevamos ya algunos años haciendo. No nos debería temblar el pulso para seguir cerrando titulaciones duplicadas y con escasa demanda. Los recursos disponibles hay que orientarlos hacia nuevas titulaciones con demanda social y económica. Toca especializar campus y mantener solo las duplicidades que el sistema reconoce como necesarias por la existencia de alumnos.

Pero lo más relevante comienza a partir de ahí. Necesitamos impulsar muy significativamente la enseñanza de postgrado. Mi impresión general es que la calidad y cantidad de la oferta está claramente por debajo del potencial. Necesitamos una gestión mucho más ágil, más recursos para la administración y atención a los estudiantes, capacidad económica para contratar profesores invitados y conferenciantes de primer nivel, desgravaciones docentes significativas para los profesores que asumen la exigente dirección de esos cursos, patrocinadores que se mojen...

En el ámbito de la investigación, la clave está en la flexibilidad. Es muy difícil hacer investigación y transferencia dentro del corsé de la administración pública. La realidad es que las gerencias y los propios rectorados se esfuerzan por buscar soluciones (cierto que unos más que otros, y en Vigo no podemos quejarnos en términos comparados), pero se pierde muchísimo esfuerzo y oportunidades por no contar con fórmulas más flexibles.

Y hablando de transferencia, está claro que podemos y debemos hacer muchísimo más si queremos que las universidades gallegas sean cerebros auxiliares de la Sociedad gallega, que la universidad esté en los sitios en los que hace falta consejo y ayuda, en la definición de políticas públicas, o en la ejecución de estrategias empresariales.

Podemos perder el tiempo discutiendo de fusiones, o ponernos a abordar los verdaderos problemas.

*Director del Foro Económico de Galicia

@SantiagoLagoP

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