El conselleiro de Facenda de la Xunta de Galicia, Valeriano Martínez, desveló ayer en Cangas que de pequeño le llamaban "Tito". Les reprochó a sus padres, sentados en la segunda fila del mitin que dio Feijóo en el Auditorio municipal, que le pusieran un nombre tan sumamente espantoso. Una circunstancia que marcó su más tierna infancia y que obligó a los niños de su escuela a que le cambiaran el nombre. Parece que Valeriano, vecino de Aldán y casado en Bueu, sigue a día de hoy sin estar muy conforme con su nombre. A él le gusta más ser "El Tito".
Una declaración de altos vuelos
El testimonio de los testigos protegidos en el caso de los "Morones" sembró en la mañana del miércoles la confusión en las calles de Cangas. Desde el aire, un helicóptero de la Guardia Civil sobrevolaba la zona sembrando en los viandantes la duda de a qué se debía tanto alboroto. Muchos llamaron a las autoridades para exigir que no se hiciera tanto ruido o para preguntar si el caso "Morones" había traído al municipio algún desenlace digno de las películas de Chuck Norris. Al final, el helicóptero de la Guardia Civil tan solo estaba haciendo horas de vuelo rutinarias.
