Hablemos de Joan, que así se llama, aunque por respeto al menor no haya fotos. Joan tiene cuatro años, y estará empezando a formarse una idea del mundo, para encontrar su sitio. Sin duda ha recibido amor de sus padres preadoptivos y lo recibirá ahora de su madre biológica (a expensas, claro, de lo que al final diga el Supremo). Ignoro por completo la explicación que le hayan dado a Joan sobre el cambio, pero no creo que sea la verdad pura y dura. Como ésta le irá llegando por una u otra vía, vivirá unos años en la frontera entre lo que le cuentan y lo que vaya sabiendo, lo que lo hará desconfiado y le ayudará a sobrevivir. Esto por dentro. Por fuera será un niño al que otros niños verán distinto, no en vano ha estado en el centro de un huracán mediático. Esto le librará, quizás, de verse anodino y prescindible. Ya se ve cuánto optimismo le echo al asunto, pero alguien tenía que hacerlo.
