La planta de Balaídos, hoy por hoy la mayor fábrica de la multinacional automovilística francesa Grupo PSA, se prepara para recibir a su nuevo director: Frédéric Puech. Este ingeniero galo de 48 años tomará oficialmente el próximo 1 de octubre las riendas del centro y del polo ibérico de PSA en sustitución de Yann Martin, a quien el grupo ha encomendado nuevos desafíos en el retorno de la marca Citroën a Irán. Puech, con una dilatada experiencia profesional en distintos países y que en su última etapa pilotó el Polo de Fundición del fabricante en Francia, aterrizará en Vigo con buena parte del camino recorrido -la planta tiene adjudicados dos lanzamientos en los próximos años que garantizan la actividad al menos hasta 2028- pero mucho que hacer para que Balaídos prosiga más allá de ese horizonte como el referente a nivel mundial que es hoy.

Para empezar, Puech deberá asegurar que los dos próximos lanzamientos del centro en 2018 y 2020 sean el éxito que PSA espera de ellos. El primero en salir al mercado será el proyecto K9, la próxima generación de vehículos comerciales ligeros de PSA y Opel (tres furgonetas de las marcas Peugeot, Citroën y Opel), para el que la plantilla y el conjunto del sector hicieron un importante sacrificio de costes para asegurar su adjudicación a finales de 2014. El segundo será el V20, un todocamino de Peugeot con el que el consorcio busca saturar las instalaciones viguesas para sacarle su máximo rendimiento y rentabilidad. Los próximos tres años serán decisivos para la buena marcha de ambos proyectos industriales, por lo que Puech deberá estar vigilante en su correcto desarrollo. Según cálculos del propio presidente del Grupo PSA, Carlos Tavares, el K9 y el V20 garantizarán producciones de entre 450.000 y 500.000 vehículos al año en Balaídos al menos entre 2020 y 2026.

Aunque pueda parecer que todo el trabajo está hecho, no es así. Ni mucho menos. La factoría de Vigo también tiene que adelantarse a los cambios que está introduciendo el desarrollo de la Industria 4.0, la considerada cuarta revolución industrial, que implicará un mayor nivel de robotización y digitalización. Los proveedores gallegos deberán acompañar a Balaídos en la profunda transformación ya en marcha y al tiempo hacer frente a la competencia cada vez mayor de los países de mano de obra barata o low-cost.

La construcción de una planta de PSA en Kenitra, próxima a Rabat (Marruecos), supone un desafío más para el centro gallego, o así lo cree el hasta ahora director de PSA-Vigo, Yann Martin. "Tenemos que ser los mejores para que el futuro siga estando en nuestras manos", reconocía Martin en una reciente entrevista con FARO. De igual forma, la planta tiene que empezar a prepararse desde ya mismo para estar en condiciones de competir por nuevos proyectos que complementen los próximos lanzamientos.

En definitiva, PSA Vigo no puede detenerse pese a los triunfos logrados hasta ahora por su esfuerzo, eficiencia y competitividad. Porque Balaídos da para mucho. Hay hueco para nuevos modelos y capacidad instalada para alcanzar producciones de 600.000 coches al año (el récord se alcanzó en 2007, con 545.000 unidades). Es por ello que Puech no debería conformarse solo con el K9 y el V20. PSA-Vigo tiene que pelear por más siluetas (hoy el centro fabrica seis; ocho si se cuenta la versión eléctrica de las furgonetas Berlingo y Partner).

La recuperación del grupo y del sector han abierto también la puerta a más oportunidades, antes inaccesibles para la factoría viguesa, como las nuevas unidades de motores -la anunciada para Trnava, en Eslovaquia, por ejemplo-, la fabricación de componentes para las nuevas plataformas del grupo y nuevas unidades de investigación y desarrollo. Como hasta ahora hizo Martin y antes que él Pierre Ianni -quien tanto contribuyó también a la actual bonanza-, estamos seguros de que Puech peleará con determinación por la planta y el sector gallego de la automoción. La impronta del vigués Juan Antonio Muñoz Codina, actual director Industrial y de Supply Chain de la multinacional para Europa, representa toda una referencia para Balaídos.

Puech cuenta para ello con la disponibilidad, el esfuerzo y la capacidad de trabajo que siempre han caracterizado a la plantilla y a sus cuadros directivos; con el apoyo de los fabricantes de componentes y las empresas auxiliares gallegas o asentadas en Galicia, dispuestas a acompañar a PSA-Vigo en sus nuevos proyectos, y con el de las administraciones, conocedoras del peso económico que la planta representa para el conjunto de la economía gallega: 43.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, 8.200 millones de euros de facturación, equivalentes al 15% del PIB gallego y el 31% de las exportaciones de la comunidad, por dar solo dos magnitudes. La confluencia de esos tres factores determinantes son los que ya han hecho posible la llegada del K9 y el V20 a Vigo. Ahora toca explotar su producción y poner las bases para seguir en primera línea en la captación de los lanzamientos futuros.