Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ánxel Vence.

Crónicas galantes

Ánxel Vence

Mejor que correr, hacer running

Millones de personas en todo el mundo -muchas de ellas, en España- han sucumbido a la moda del running, que es lo que en tiempos menos anglosajones llamábamos simplemente correr. En realidad se trata de lo mismo, pero suena mucho mejor y ayuda a vender carísimas zapatillas de deporte, sudaderas, ropa transpirable, cuentapasos y demás pertrechos del deportista como Dios y las multinacionales mandan.

Las modas van y vienen, aunque siempre parezcan nuevas. De hecho, el running ya había marcado tendencia hace cosa de cuarenta años, cuando el neoyorquino Jim Fixx popularizó el jogging que en España se conoció como footing.

Autor de varios best-sellers en los que ensalzaba las virtudes de ese trote cochinero para la mejora de la salud y el alargamiento de la vida, Fixx se convirtió en el gran gurú de la especialidad. Escribió un libro precisamente titulado "The Complete Book of Running" y, a diferencia de los políticos, no dudó en predicar con el ejemplo.

Fixx dejó el vicio del tabaco y dedicó una hora diaria a correr (o hacer running) con el feliz resultado de la pérdida de treinta kilos de peso. Por desgracia, perdió también la vida al sufrir un fulminante infarto mientras practicaba el saludable ejercicio que lo había convertido en un tipo rico y esbelto.

Con solo 52 años, tenía las coronarias para el arrastre, aunque parece ser que el ataque al corazón no se debió tanto a su afición al trote como a una predisposición genética. O a la fumeta y otros malos hábitos anteriores, según hicieron notar los defensores del jogging, ahora llamado running.

Como quiera que sea, el auge de esta práctica que ha llenado de runners las aceras y calzadas del mundo viene en realidad de muy antiguo.

Da fe de ello el famoso caso del soldado Filípides, que murió literalmente reventado tras correr más de cuarenta kilómetros desde Maratón a Atenas para dar cuenta de la victoria de los griegos sobre los persas, según cuenta Luciano de Samosata. Al desdichado Filípides, protomártir del running, se le acabó el resuello y apenas pudo pronunciar, antes de caer muerto, la palabra "Niké" -victoria- que hoy da nombre a una popular marca de zapatillas. Muy usadas por los runners, claro está.

De todo esto se deduce que lo que importa en realidad no es la cosa, sino el nombre de la cosa. El hábito de correr detrás -o delante- de los mamuts, por ejemplo, ya lo practicaban nuestros abuelos de la era Neandertal, que tal vez le hubiesen sacado algún partido al invento si se les ocurriera bautizarlo como mamuting.

Muchos siglos después de aquello, los expertos en marketing se las arreglan para poner de moda cada poco tiempo la carrera al trote, sin más que llamarla unas veces jogging, otras footing o -como ahora sucede- running. Se ignora como la redenominarán dentro de veinte años, aunque es seguro que la palabra acabará inevitablemente en "ing".

Sorprende incluso que el presidente Mariano Rajoy -ahora en funciones y con tiempo disponible- no haya patentado aún su particular técnica de running que consiste básicamente en andar deprisa y braceando mucho. Otro con más vista comercial habría puesto ya de moda el rajoying y estaría haciendo caja con un par de libros sobre el asunto. Aunque con tanto runner corriendo por ahí, igual no quedaba sitio para los rajoyers.

stylename="070_TXT_inf_01">anxelvence@gmail.com

Compartir el artículo

stats