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José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

Qué significa ser funcionario

Cuando aún debatían los aspirantes a formar gobierno sobre la conveniencia de limitar las "puertas giratorias" (es decir, sobre el camino de ida y vuelta desde la empresa privada a la Administración pública para los que hayan ocupado altos cargos) rebrota para sorpresa general el caso Soria. El exministro de Industria había cesado en su puesto después de haberse confirmado que mintió descaradamente sobre sus implicaciones en el oscuro asunto de los papeles de Panamá. El comportamiento fue tan desvergonzado que se vio obligado a dimitir de su cargo en el Gobierno, de la presidencia del PP canario e incluso de su condición de militante de ese partido. De lo único que no dimitió fue de su condición de funcionario como técnico comercial del Estado. Una afortunada circunstancia que le ha permitido, unos pocos meses después del cese, optar a un puesto estupendamente retribuido (226.000 euros anuales libres de impuestos) en el Banco Mundial en una plaza que le corresponde ocupar a España.

Al saberse la noticia, el escándalo ha sido monumental y hasta dentro del PP hubo voces manifestando estupor por la designación. El presidente de la Xunta de Galicia, Nuñez Feijóo, que no pierde oportunidad de sacar cabeza ante la prensa madrileña, manifestó que aunque el nombramiento es perfectamente legal, desde un punto de vista ético y de oportunidad política, "resulta difícil de entender". Una percepción que no coincide con la de su jefe, señor Rajoy, ni tampoco con la del ministro de Economía, señor De Guindos, para quienes todo el asunto se reduce a un simple trámite burocrático. "Soria pidió ese destino -argumentó De Guindos- tenía méritos sobrados para ello y hubiera sido ilegal habérselo negado". Y aun fue más allá Rajoy, en su línea de interrogarse retóricamente sobre la esencia de las cosas: "Si un funcionario no puede ser funcionario, entonces, ¿qué cosa es?".

El planteamiento filosófico del presidente del Gobierno puede ser cuestionable desde muchos puntos de vista de la ciencia jurídica (ya decía don Segismundo Royo-Villanova "que no hay un concepto único de funcionario") pero nadie puede negarle que no esté avalado por la experiencia. Desde que, muy joven, ganó las oposiciones a registrador de la Propiedad, apenas ha ejercido como tal y ha pasado la mayor parte de su tiempo en situación de excedencia forzosa para tener las manos libres y dedicarse a lo que más le gusta, que es la política, donde ha sido concejal, presidente de la Diputación, vicepresidente de la Xunta, diputado nacional, ministro de varios departamentos, vicepresidente del Gobierno, candidato a la Presidencia del Gobierno por dos veces, y por fin, a la tercera, presidente por mayoría absoluta.

No hay nadie con un currículum semejante. Desconozco cuál pueda ser la línea argumental del señor De Guindos en su comparecencia en el Congreso, pero no creo (salvo renuncia del interesado) que se aleje mucho de la que ya sabemos. En cualquier caso, la que más me hizo gracia se la oí a un tertuliano que parece tener el don de la ubicuidad, ya que aparece de la mañana a la noche en todas las tertulias. Según este señor, el mayor mérito de Soria consiste en que es rico por casa y no necesita el cargo.

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