Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El vino de Benito en O Rosal

Mané Villa, que es de Goián, me llevó a visitar a Benito Álvarez Gándara y a Pilar Álvarez, en su casa de O Rosal, para que conociera su pequeña bodega de productores, y a mí me recordó aquel Rosal de hace más de medio siglo lleno de artesanales bodegueros a los que iban a comprar su vino sin etiquetar afamados restaurantes de Vigo, ese ensamblaje de alvariño, loureiro y treixadura. Uno de estos productores era Serafín Rodríguez Araújo, que llegó a ver una segunda etapa en que se vendía simplemente la uva . Recuerdo a Santiago Ruiz peleando a brazo partido para que el Rosal tuviera Denominación de Origen y la aparición de marcas grandes como Terras Gaudas, Aforado, Altos de Torona... Ahora, instaladas ya con su propia producción, vuelven familias de O Rosal a producir sus propios vinos como antaño, y Benito Álvarez Gándara con Pilar Álvarez, descendientes de Serafín, lo hacen mimando su rico y artesanal Adega Pateira que allí probamos, un vino que no quiere denominación de origen por su limitada tirada, honesto, más preocupado por evolucionar en calidad que en cantidad y de los que no van más allá de mantener una familia o un puesto de trabajo, a base de esfuerzo. ¡Qué entrañable el encuentro con Benito y Pilar en esa casa-bodega suya que los franceses llamarían "de garaje". ¿Y qué mirambeles nos regalaron tras gozar del su vino!

Desde Goián, con amor

Antes habíamos estado en Goiaán, donde Mané Villa nos esperaba a Sesi Pino y a mí con cálida gente como Dulce Melo, Andrés Moneo y Belén Troncoso. Y nos esperaban en un día hermoso en la vinoteca A Carla, en la que nos comimos unos buenos huevos fritos con patatas tras atacar unas tapas de jamón de la casa con su vino. Echamos de menos aquella imponente empanada que un día nos pusieron allí mismo Dulce, panadera de gloria antes, y Nieves Vicente, que incluía cuatro tipos de carne en una jugosa cama vegetal. Después nos fuimos a O Rosal y tras la visita a la bodega nos fuimos a rebajar el calor con unos gintonics a la hermosa plaza central del pueblo, donde está la centenaria Liga de Amigos de O Rosal que, por cierto, presidió hasta hace poco Benito Álvarez, Allí nos sirvió Beatriz y el gintonic nos supo de maravilla bebido en ese estado de buenaventuranza rosaliana que da la vida en el lugar.

De paisajes angélicos

A mí me encantan los paisajes que pinta Ángeles Mera, que me presentó el fallecido Carlos Rodríguez hace muchos años. Ángeles inaugura por segunda vez en la Casa de Galicia en Madrid, en esta ocasión el próximo día 6 de septiembre y ahí veréis es obra suya que no sabemos si llamar de un romanticismo impresionista. Francisco Pablos, que le hizo el prólogo a su catálogo, dice que es una pintura más cuajada que antes, más personal en esos paisajes que simulan documentos pero sin invenciones de un alma ajena a grandilocuencias, a monumentalidades. Si queréis, la tendreís en Madrid.

Compartir el artículo

stats