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Arquitectura

Aproximación a la historia de la arquitectura escolar (III)

En 1970 entra en vigor la Ley General de Educación promovida por el ministro Villar Palasí. Esta ley establece la obligatoriedad de la enseñanza hasta los catorce años (Educación General Básica), dando lugar a la desaparición de las escuelas unitarias y a la construcción de nuevos centros escolares, que eran el instrumento físico imprescindible para llevar a cabo la implantación de la EGB. Estos centros tenían unas características determinadas presididas por la concentración que establece, por una orden de 1971, un modelo de edificio escolar obligatorio. Comienza así una etapa que podíamos denominar de frenesí constructivo que lleva aparejada una pérdida de entidad arquitectónica al centralizarse, todo lo relativo a estos edificios, en el Ministerio de Educación del que dependerán las recien creadas Unidades Técnicas Provinciales, que serán las encargadas de mantener el control directo sobre las obras que se realizaban.

Para reducir con la mayor rapidez posible el deficit de puestos escolares en aquellas zonas donde la situación era más acuciante, se crean los Planes de Urgencia que sumaron ocho en toda España. Galicia, que fue la segunda después de Andalucía, ya había contado previamente con el Plan Galicia (1968).

En la ciudad los grupos escolares que se construyeron, atendiendo al proyecto tipo que establecía el Plan de Urgencia, fueron Mende (CPI José García), Seixalbo y Lagoas 1 (hoy anexo del CIFP Portovello). Todos ellos tienen en común la utilización del ladrillo amarillento en el exterior, el retranqueamiento de la fachada principal y el pronunciado remate de la parte superior que actúa casi como distintivo, este inicialmente era de fibrocemento y luego fue sustituido por panel de chapa.

Los Planes de Urgencia se desechan pronto por no ser generalizados y afectar a todas las provincias. A partir de 1974, se tiende a la descentralización y se comienzan a firmar convenios entre el Estado y las corporaciones locales para construir el mayor número posible de colegios.

Una vez que se cumple con la escolarización entre los seis y los catorce años, la construcción escolar deriva hacia la creación de nuevos institutos de bachillerato y centros de formación profesional, con unas pautas arquitectónicas y constructivas que llevan a la utilización abusiva del ladrillo en los exteriores y a modelos repetitivos e impersonales. Ejemplos de ello son los institutos de O Couto y As Lagoas o el CIFP A Farixa.

En 1975 se inaugura la Universidad Laboral construida en un tiempo récord de once meses. Este edificio es el único que supone una bocanada de aire fresco para la arquitectura escolar orensana atrapada entre el eclecticismo del instituto Otero Pedrayo y las estandarizadas construcciones que se comenzaban a realizar por estos años. El proyecto se debió al conocido arquitecto Cano Lasso que propone para combinar en una sola construcción un programa de tipo docente con otro residencial, un conjunto de edificios unidos entre sí de modo que todos los recorridos que puedan hacerse a cubierto. Desde un punto de vista estilístico el centro es una síntesis entre lo actual, muy patente por las ideas racionalistas del arquitecto y lo tradicional, con claras alusiones a la arquitectura gallega, sin olvidar su integración en el paisaje y las experiencias vividas anteriormente por su autor en la Universidad Laboral de Almería. El resultado final fue una obra esencial, reflexiva y despojada de todo lo accesorio, con una perfecta adecuación al medio natural que convierte las galerías en protagonistas, con una correcta utilización de los materiales disponibles y con un cuidadoso trabajo formal de volúmenes, herencia de la formación racionalista de su autor.

En los años noventa con la entrada en vigor de la LOGSE y la obligatoriedad de enseñanza hasta los dieciséis años, comienza otro frenesí constructivo pero orientado a ampliaciones, reformas y edificios anexos como polideportivos. Esto supone, en muchos casos, la transformación o enmascaramiento del edificio primitivo.

En la década de los noventa se construye el instituto Julio Prieto Nespereira (1991) con un proyecto más individualizado y moderno. En 1995 la ciudad se enriquece con dos centros muy demandados, se trata de la Escuela Oficial de Idiomas y el Conservatorio de Música. La primera es obra del orensano José Jaime Vázquez, arquitecto que no responde a tendencias, y con una obra en general en la que priva la funcionalidad. Esta escuela corresponde a una idea de colaboración e intercambio de opiniones del arquitecto con otro compañero. El resultado final es un edificio muy funcional, de diseño moderno y con cierto desenfado patente en la fachada principal. Ha sufrido ya dos ampliaciones, en 2005 y 2016.

El Conservatorio de Música se debe al arquitecto coruñés José C. Arrojo Lois que concibe el edificio, de planta cuadrada, en torno a un patio central con cubierta tráslucida y con un acabado exterior de aplacado de piedra combinado con chapa de cobre en las dos plantas superiores y cubierta.

El envejecimiento de la población y por lo tanto la disminución de la natalidad han ralentizado las construcciones escolares. No obstante el último centro construido en la ciudad fue inaugurado en 2010. Se trata del CEIP Amadeo Rodríguez Barroso cuyo proyecto, que fue adjudicado a través de un concurso que convocó la Consellería de Educación para la ocasión, se debe a los arquitectos Victor M Hermo, Iván López y Juan R. Iglesias.

(*)Doctora de Historia del Arte, catedrática de Secundaria.

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