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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Los milagros

A estas alturas, y tal como se produjo la primera sesión, podrían contarse con los dedos de una mano los que esperan algo positivo, hoy, de la parte pendiente de la sesión de investidura. Primero, porque en política no hay milagros, y en la española menos; segundo, porque lo que ocurre tiene poco que ver con ese oficio y, tercero, a causa de que los debates no se refieren al interés general sino que se originan en rencores personales o extravagancias.

Y conste que en cuanto a lo que a España -entendida como lo que es, un conjunto de 47 millones de personas- se refiere, no haría falta un milagro sino varios. Uno, para que pudiera abandonar de una vez el viejo esquema -reeditado por Pedro Sánchez y su guardia de corps- de "las izquierdas y las derechas" y sustituirlo por el modelo europeo. Y otro, para que Podemos entendiese que ya no vive en la época de Lenin y modificase su mensaje.

Claro que es muy posible que se necesitasen algunos más. Por ejemplo, que Rivera y sus Ciudadanos fuesen leales hasta en los gestos y dejasen de poner cara de asco al referirse a sus eventuales aliados del PP y de exigir cosas que ellos no cumplen. Y, en fin, uno referido a que de una vez el PP reconociese sus errores colectivos en materia de corrupción, pidiese perdón por ellos y recordase al PSOE que tuvo altos cargos en la cárcel por hechos repugnantes que costaron vidas.

Ya puestos, el país precisaría otro milagro para que sus dirigentes cesaran en la tomadura de pelo a los dirigidos identificando "abstención" con "apoyo". Y, sobre todo, abandonasen la práctica antidemocrática de no dejar gobernar a los que ganan elecciones, aunque en ella tuvo mucha culpa Rajoy cuando renunció a modificar la Ley Electoral, algo que iba en el programa que le dio mayoría absoluta.

En términos de Galicia, y además de los prodigios reclamados a nivel de Estado, harían falta otros aún mayores. Sin ir más lejos, capacidad de discernimiento para que algunos pudiesen distinguir entre la realidad y la ficción; verbigratia quien habló en nombre de En Marea el miércoles, y que hizo una descripción de este antiguo Reino como si fuese el noveno círculo del infierno del Dante.

Como epílogo, vendría muy bien el mayor de todos: que aquí no se repitiese el lamentable espectáculo, hasta ahora desconocido en los países democráticos avanzados, de acudir a tres elecciones generales -por lo menos; ya se verá- en doce meses. Otro milagro que muchas encuestas anuncian innecesario pero que en esta Tierra fértil en trasgos y diaños, cualquiera sabe. Por eso fue aquí donde se inventó aquello tan significativo de "fíate del lobo y no corras, que ya verás".

¿Eh...?

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