Poco a poco se va consolidando la fiesta pirata porque aumentan los vecinos dispuestos a pasarlo bien en una celebración lúdica en la que reine el buen humor y el desenfado general lo que llena las calles de alegría, de gastronomía y aún de espectáculo porque de todo hay aunque, en algunas cosas habrá que ir puliendo aspectos si la fiesta se mantiene en el tiempo, que ya veremos porque, en parte, depende de los hipotéticos cambios de gobiernos y de que lo que les gusta a unos no les gusta a los otros y, al pueblo, que lo parta un rayo. De seguir así, mejorando cada año, serán muchas más las personas y los grupos que quieran compartir la celebración y poco a poco, con la esperanza de que nos se desmadre el asunto, podremos tener una fiesta pirata a la altura de lo que Marín merece y desea. Derrotistas hay y habrá siempre porque cuando no se hacen cosas se protesta y se lamenta y, cuando se hacen, se buscan los defectos más que las virtudes porque los hay que nunca están contentos. Eso sí, entiendo que, si se quiere dar al tema un componente histórico deberá procurarse una mayor rigor a ciertos aspectos porque, una cosa es la coña, y otra la Historia
