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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Los recursos

Pues la verdad es que no suenan mal, en absoluto, las sugerencias que el jefe de la Policía de Galicia ha formulado en este periódico para combatir el fuego forestal. Ahora que parece haber pasado lo peor, aunque solo los necios creerían que el asunto está resuelto, parece momento oportuno para hacer lo que propone el comisario Blanco; tomar nota, reflexionar y buscar nuevas vías que permitan prevenir el fuego, que es el desafío más agudo.

La sugerencia más atractiva que ha expresado don Silverio a quien corresponda es la posibilidad de alejar a los incendiarios del monte prohibiéndoles el acceso. Parece complicado, pero cuando él lo dice será porque ve posibilidades, aunque como sabe mejor que nadie eso implicaría una dotación de recursos ex novo, que nadie puede y menos en estas circunstancias, asegurar que llegase a factible.

Eso aparte, y puestos a ejercer de abogado del diablo, es preciso subrayar también -sin ánimo de comparar: solo de recordar- que un sistema parecido, como es la orden de alejamiento, se propone y ejerce ya en el terreno de la violencia de género y sin duda ha salvado vidas pero no ha sido hasta ahora lo que sus introductores buscaban. Sobre todo por la escasez de los recursos habilitados y a partir de la idea de que no hay un policía para cada mujer amenazada ni para vigilar cada incendiario.

En todo caso, esa vía debe ser estudiada e incluso explorada, aunque es evidente que la sociedad preferiría, como en el caso citado de la violencia, que los agresores de las personas y los pirómanos estuviesen en la cárcel. Pero como no hay prisiones para todos, gente para vigilarlas ni presupuestos que lo soportasen, habría que ir a otro orden de prioridades que permita reducir el riesgo.

En esa línea, no estaría de más que el nuevo gobierno, sea el que fuere, además de los grandes pactos sobre economía y "regeneración democrática" y los más pequeños acerca del modo que cada partido ha de usar para organizarse, e incluso los utópicos para acabar con la corrupción con los que algunos pretenden ejercer de "maestros ciruela" sin haber tenido escuela, habría que hablar de cambios legales, o para ser más exactos y en materia forestal, de freno y marcha atrás.

Por ejemplo, en la Ley de Montes, modificada para permitir la urbanización de tierras quemadas en determinados supuestos. Para, nada estorbaría que cuanto antes se corrigiese esa norna y se volviese a la prohibición por treinta años o más. Se eliminarían motivos, se reducirían incendiarios y sobre todo se acabarían sospechas, haciéndolo todo más fácil.

¿No?

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