La medalla de oro lograda por Marcus Cooper era inesperada antes de comenzar la regata de K-1 1.000 metros, pero a falta de 250 metros tenía claro que conseguiría algo importante. Le conozco bien desde la etapa de júnior y posee un buen final. Hizo la estrategia que siempre realiza. Sale fuerte y después dosifica los esfuerzos. Su final es explosivo. Siento una especial alegría por él, ya que es una magnífica persona con un gran comportamiento, tanto dentro como fuera del agua.

Su triunfo ha sido espectacular. No tengo otras palabras para definirlo. Contaba con que llegaría a la final, pero no que lograra la victoria. Fue una gran remontada, pero no es la primera vez que lo hace. Marcus tiene muchas cualidades y las ha demostrado en multitud de regatas. Subió el ritmo de paladas cuando era necesario y sorprendió a sus rivales. Es una victoria incontestable. Creo que sus adversarios no contaban con esa reacción, pero los que le conocemos ya sabíamos que sería posible. En la parte final, Marcus demostró su calidad y también una gran fortaleza física. En el piragüismo no hay tantos deportistas que puedan hacer eso.

Se merece este logro tan importante. Lleva toda su vida fuera de casa y dedicado al piragüismo. He coincidido con él muchas veces. En el Campeonato de Europa júnior, hace varios años, ya presentía que llegaría lejos. Fue campeón y yo participaba en mi primera regata internacional. No podía imaginar que después fuéramos adversarios.

Vivimos un gran momento el año pasado cuando ganamos el K-4 1.000 del Mundial sub-23 en Montemor o Velho. Logramos la medalla de oro y él ocupaba la primera posición en el barco. Recuerdo que hicimos una gran regata y dominamos a los rivales, pero ganamos también por su empuje en los últimos metros. Fue un final agónico. No hubo remontada, pero Marcus demostró ser muy bueno en la táctica.

También hemos coincidido en algunas concentraciones. Aunque ambos competimos en K-1 1.000 metros, nos respetamos mucho. En el agua somos rivales. Me ganó el control selectivo para ir al Preolímpico y me alegró que lograra la plaza para los Juegos Olímpicos de Río. Fue con suspense, pero se lo merecía por su capacidad y esfuerzo.

Es metódico en los entrenamientos y además vive de forma muy intensa el piragüismo. Es constante en el trabajo diario y lo da todo. Esta medalla de oro es la recompensa a tantos sacrificios, ya que la mayor parte de la temporada tiene que estar en las concentraciones fuera de su casa. Eso también supone un esfuerzo extraordinario.

En el agua seguiremos siendo rivales, sin duda. Cada uno competimos por nuestros objetivos, pero tenemos muy buena relación.

*Palista del kayak tudense y del equipo nacional de piragüismo