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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La óptica

Está comprobado que, en ocasiones, la sabiduría que encierra el dicho clásico acerca de la importancia de la óptica se vuelve especialmente útil. En concreto para algo tan importante, sobre todo en el oficio de la política, como diferenciar con claridad lo que se entiende por interés general y particular, que tanto se cita y sobre todo a lo que se apela en múltiples y variadas circunstancias.

Es el caso, reciente, de la decisión de la gestora socialista gallega de "congelar" las decisiones de las bases cuando sus criterios no coinciden con los suyos, y el alegato de uno de los afines al candidato Leiceaga, el vigués Gonzalo Caballero, al que la militancia no le otorga sitio en las listas electorales gallegas. Hay otros varios más, y el riesgo de un futuro Grupo Parlamentario heterogéneo en sus fidelidades personales es lo que impulsa al "aparato" oficial a ganar tiempo en Madrid y abrir espacio para maniobrar.

En ese marco general, la referencia a la óptica se demuestra en un argumentario del por ahora frustrado candidato vigués Caballero. Que defiende el uso digital en la decisión final de la sede de Ferraz sobre lo acordado por las bases buscando su beneficio político personal. Y olvidando sus denuncias de "injerencia" federal en otras varias ocasiones cuando se tuvo por perjudicado en sus intereses.

Claro que el caso es menor si se compara con el meollo de las protestas del aspirante socialista a la Xunta, señor Leiceaga, por el adelanto técnico -y mínimo- de las elecciones gallegas. Lamenta que "el proceso lo marque el lehendakari vasco", lo cual -y lo sabe el referente socialista- es falso como demuestran referencias anteriores a frases del presidente Feijóo.

Pero esa falsedad -o manipulación- es tanto más grave cuanto que se conforma como el meollo de sus argumentos que, en conjunto, parecen una de aquellas antologías del disparate en las que algunos profesores resumían los errores más llamativos de muchos escolares. Y obliga a reflexionar acerca de si el motivo auténtico de su malestar no será el desastre interno en el PSdeG y que no resulta probable que se arregle ni en tres semanas ni en tres meses más.

En todo caso, doctores tiene la iglesia del PP que -se supone- sabrán responder a sus adversarios. Pero, en opinión personal de quien esto escribe, la actitud socialista contrasta -en peor- con la de otros como En Marea, también críticos, pero que reconocen que, más que por el adelanto en sí, porque les obliga a "comprimir plazos". Y el resto de la oposición se lamenta también, pero por imprevisión propia antes que por astucia ajena. That is the question.

¿No...?

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