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Emporium: redescubrir el rico pasado local

El pasado 29 de junio fue inaugurada por el Alcalde de Vigo en el Verbum la exposición EMPORIUM que trata de exponer, a los interesados en la historia, 1000 años de comercio en la ría de Vigo. En su desarrollo podemos apreciar la importancia que nuestra ría tuvo en los años anteriores al cambio de Era.

A partir de aproximadamente el siglo VI antes de Cristo las aguas de las Rías Baixas fueron visitadas regularmente por comerciantes semitas que realizaban peligrosas singladuras en la procura de metales como la plata y el estaño. Este último producto era muy codiciado por las culturas mediterráneas porque les hacía falta para fabricar objetos y armas de bronce.

Los denominados púnicos mantenían la ruta marítima de las costas septentrionales de la península ibérica en secreto y las protegían todo lo que podían. Comenzaron por inventar historias de grandes abismos, gigantescos monstruos y aguas traicioneras que propagaron para desaconsejar posibles aventuras. Los propios cartagineses, fenicios del norte de África, en sus tratados con los romanos, incluían cláusulas que impedían la navegación de éstos hacia Occidente, nadie podía cruzar el Estrecho de Gibraltar hacia el Atlántico sin su control. Todo el comercio con las costas occidentales, en exclusiva, era controlado desde Gadir (Cádiz). Se cuenta la historia de que un mercader gaditano que había salido a comerciar hacia el norte fue seguido por unos aventureros deseosos de descubrir la ruta, cuando se dio cuenta de que lo seguían, tiró sus embarcaciones contra unas rocas que conocía cerca de la costa, arrastrando al mismo fin a sus seguidores. A su vuelta fue recompensado generosamente por las pérdidas sufridas.

En la ría de Vigo, con el avance de las investigaciones arqueológicas, queda documentado que el trasiego de las gentes provenientes del sur era grande. Cada año se descubren nuevos yacimientos con restos de la presencia de estos mercaderes comerciantes que traían al NW piezas netamente mediterráneos que utilizaban para el trueque, con los jefes de los poblados costeros primero y luego con el resto de los indígenas, que cambiaban por estaño, cueros y plata.

Con el paso del tiempo los navegantes mercaderes llegaron a toda el área del noroeste con sus pequeñas embarcaciones, no mas de doce metros de eslora, a remos y a vela. Las travesías eran largas, siempre a la vista de la costa en donde se refugiaban en caso de mal tiempo o descansaban cuando las condiciones eran adversas, aprovechando para comerciar. Realizaban una navegación de cabotaje, de cabo a cabo, para garantizar sus seguridad. De estas naves tenemos una interesante representación en un petroglifo de Pedornes-Oia.

En las costas gallegas se ubican las conocidas Cassiterides, islas donde los semitas comerciaban para conseguir estaño, llamadas así porque entre sus rocas graníticas costeras se encuentran pequeños granos de casiterita (estaño). Su localización en esta parte de la península ibérica generó, hace años, una enorme polémica porque algunos investigadores trataban de fijarlas al sur de Inglaterra. Pero el estaño de esta zona europea era comercializado por tierra desde Marsella, mientras el del NW lo era por mar desde Cádiz.

En nuestra ría existen dos yacimientos de gran relevancia de este periodo: Toralla (isla de Toralla) y Muiño do Vento (Alcabre). En ellos no sólo se han hallado piezas y objetos de tradición y fabricación mediterránea sino que también se encontraron piezas de carácter religioso que pueden estar hablando de que estos viajeros mantuvieron unos asentamientos no ocasionales, desde los que comerciaban con los poblados ribereños.

En la exposición EMPORIUM se pueden observar piezas de gran significado como los betilos de Toralla, las ancoras líticas, las hachas usadas como lingotes de bronce y los recipientes que se utilizaban para trasladar productos como las salazones, el vino o el aceite.

Con la derrota de los cartagineses la península ibérica entró en el dominio del Imperio Romano. Gadir se transformó en Gades y desde allí ayudó a las tropas romanas a conquistar los territorios septentrionales de la península, que tenían mucha fama de ser ricos en minerales preciosos como el oro, la plata y el estaño. Primero Bruto llegó hasta el sur de Galicia y luego le siguió Julio César. Y el comercio marítimo, ya en poder de los romanos, creció exponencialmente. En la ría aparecen entonces las villae, villas romanas, residencias al estilo romano que se creaban para la explotación económica de los territorios y con ellas las factorías y las salinas, aumentando la actividad pesquera con la producción de salazones, el más conocido es el garum, que se enviaban a las metrópolis del sur peninsular, del norte de África y hasta de la península italiana. Y entonces surge el VICUS HELLENI como centro comercial al pie del castro de Vigo, con centro en la zona del Areal, a donde llegan productos de los territorios andaluces y de todo el Imperio, que serán consumidos y asumidos por los indígenas en sus castros.

Por todo el noroeste se encuentran restos de ánforas que eran las utilizadas para transportar productos, de entre los que destacan el vino y el aceite, en embarcaciones que frecuentemente realizaban la ruta costera hasta llegar al Mar del Norte. Y con ellos llegan los objetos suntuarios que nos indican una economía pujante.

En la exposición se muestra un interesante muestrario de estas ánforas utilizadas en el comercio marítimo que nos confirman la importancia que, como centro distribuidor de mercancías, tenía la zona de Vigo. También se pueden ver piezas muy interesantes entre las que destaca una cratera pintada que apareció en la villa de Canido, finca Mirambel, que es un recipiente magnifico, así como los fragmentos de seis ungüentarios aparecidos en diferentes excavaciones que son piezas únicas en el área atlántica, del que destaca uno que está entero, cedido por el Museo de Mar de Galicia, así como piezas ya de época cristiana.

En los siglos antes del cambio de Era, Vigo era un emporio comercial de primera magnitud que se mantuvo hasta la caída del Imperio Romano., luego languideció y tuvo que reconstruirse al finalizar la Edad Media para volver a ser un puerto de gran pujanza comercial a partir del siglo XV, cuando entro de lleno en el comercio, directo o indirecto, con los nuevos territorios de America.

*Arqueólogo

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