Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reflexiones sobre el desarrollo urbanístico

En junio de 2015 la Red Localis, Red de Área Local de Administración Pública, formada por investigadores de las tres universidades gallegas y profesionales de la administración local de Galicia, y promovida por el Grupo GEN de investigación de la Universidad de Vigo, publicó su primer documento "Claves para el gobierno local (2015-2019): Diez retos de futuro para la administración local". En este informe se señalaba la necesidad de considerar el urbanismo como medio y no como un fin. Este jueves, coincidiendo con el primer aniversario de la Red Localis, se presentó el cuarto documento, elaborado por María Cacharro, Luciano González Alfaya y Gael Sánchez-Rivas, donde se realiza un análisis detallado de la situación en materia de urbanismo a nivel local en Galicia.

Resulta evidente que las normas que han venido configurando el desarrollo urbanístico y la ordenación del territorio en nuestra comunidad autónoma no han considerado en su justa medida la perspectiva local. Los problemas, contratiempos y limitaciones que tienen habitualmente los responsables municipales en materia de urbanismo dan buena fe de esta situación. A poco que analicemos la realidad urbanística local es fácil señalar como, en no pocas ocasiones, las actuaciones urbanísticas ha sido cortoplacistas. No se puede obviar que la responsabilidad es, también en parte, de los propios ayuntamientos, ya que la ingente construcción de viviendas durante el "boom del ladrillo", sobre todo en el litoral, supuso a los presupuestos municipales un volumen muy importante de ingresos por la vía, entre otros, del Impuesto de Bienes Inmuebles, Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras y el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana. Sin embargo, estas actuaciones suelen presentar importantes limitaciones, que aparecen a medio y largo plazo, ya que el desarrollo urbanístico en Galicia no siempre se ha caracterizado por garantizar un crecimiento sostenible. La miopía urbanística es un mal todavía muy presente. Todos conocemos ejemplos de la falta de previsión y la escasez de planificación urbanística y a la carencia de elementos como la gestión medioambiental en este campo. Por desgracia, la excesiva actividad constructora durante los años de bonanza económica no se tradujo en actuaciones más responsables como la rehabilitación, conservación y la mejora de los servicios, que sí hubiera generado mayor bienestar a medio y largo plazo. Por el contrario sí que favoreció nuevas construcciones, incluso en zonas con difícil acceso a los servicios públicos básicos, como el saneamiento o el alumbrado, con el consiguiente coste adicional para las arcas municipales. Unido a lo anterior, los responsables municipales se han venido quejando, sin hallar todavía una respuesta satisfactoria, de las importantes dificultades que tienen para el control de obras y actividades. En efecto, conseguir una correcta planificación urbanística ha sido -y sigue siendo- una materia pendiente en la mayoría de los ayuntamientos gallegos.

El último documento de la Red Localis, de acceso libre en www.localis.com, permite señalar algunas ideas que cuánto menos invitan al debate y a la reflexión desde un punto de vista técnico. De especial interés es el decálogo que figura al final del documento, del que conviene señalar cuatro resultados. En primer lugar, los autores señalan la necesidad de crear un marco normativo estable en materia de urbanismo. Si por el contrario, se cae en la profusión normativa, el resultado sería estar "en tierra de nadie", lo que condicionaría la planificación urbanística y el desarrollo racional del espacio local. En segundo lugar, se argumenta la necesidad de apostar decididamente por los planes estratégicos en materia urbanística. Un desarrollo sin planificación es muy peligroso y al final, hace mucho más daño que los potenciales beneficios a corto plazo. En tercer lugar, los redactores señalan la conveniencia de fomentar otras formas de participación ciudadana en materia urbanística, más allá de las simples exposiciones de los planes de ordenación urbana. Este modelo ha quedado obsoleto. La ciudadanía exige cada vez más información y responsabilidad a los gestores públicos y hay que satisfacer estas demandas. Solo así se podrá diseñar correctamente las actuaciones urbanísticas, ya que los últimos beneficiarios de las mismas son los propios ciudadanos. Finalmente, hay que tener muy en cuenta la dispersión de la población y su envejecimiento en relación al desarrollo urbanístico. El modelo de crecimiento urbanístico en Galicia ha pecado de cierto optimismo, al no tener en cuentas estas dos variables, y esto es necesario corregirlo, si queremos que las actuaciones públicas en materia urbanística realmente sirvan a la ciudadanía.

*Grupo GEN de investigación

Universidade de Vigo

Compartir el artículo

stats