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Medalla al mérito en el trabajo

Cuando cumplió cincuenta años como vendedor de periódicos, el alcalde Filgueira Valverde, que estaba presente en todo lo que ocurría en su ciudad, propuso a la corporación municipal la solicitud al Gobierno de la medalla al mérito en el trabajo para Manolo.

El Ministerio de Trabajo aún tardó dos años en conceder tal honor a Manuel Fariña Viñas, porque era una prerrogativa muy codiciada durante el franquismo y aportaba un envidiado plus social.

Al fin se oficializó en la primavera de 1964 el otorgamiento a Manolo de la codiciada medalla de bronce al mérito en el trabajo, que daba derecho al tratamiento de caballero. Inmediatamente se organizó un gran homenaje, que incluyó la apertura de una suscripción para sufragar su coste.

La campaña se abrió el 21 de junio y se cerró el 5 de julio, cuando la recaudación había superado su objetivo sobradamente. Para hacerla más popular, se fijó una aportación máxima de 50 pesetas por persona, y en quince días se reunieron 12.445 pesetas.

Rafael Landín Carrasco, delegado provincial de Información y Turismo en Cádiz, puso el broche final a la suscripción abierta, aunque todavía siguieron llegando más envíos desde distintos lugares. Tanto dinero se reunió, que no solo dio para pagar la medalla, sino también para regalar al homenajeado una bandeja de plata con una cariñosa inscripción.

El acto de entrega de ambos obsequios, con un pleno total de autoridades y representaciones, tuvo lugar el 22 de julio de 1964; por tanto acaban de cumplirse cincuenta y dos años de aquella señalada ocasión en que Manolo, el de los periódicos, fue noticia en toda la ciudad.

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