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Inauguración oficial por Ponce de León

La inauguración oficial del campamento "Paco Leis" se llevó a cabo el sábado 15 de julio de 1945, dentro de la programación para festejar el 18 de julio. El gobernador civil Luís Ponce de León quería presidirlo todo para subrayar su poder, y como había mucho que inaugurar, el acto se adelantó tres días a la gloriosa efeméride.

El camarada Ponce de León, un falangista de pro como correspondía a la época, llegó al campamento a media tarde, acompañado por el subjefe provincial del Movimiento, Vicente Muñoz Calero y una nutrida comitiva. Todos llegaron enfervorizados tras asistir a la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en el Ayuntamiento de O Grove.

La recepción se celebró en la plazuela de José Antonio, punto neurálgico del campamento, donde el gobernador civil saludó a los mandos encabezados por el camarada Pereiró. Luego Ponce de León pasó revista a los chavales y sus tiendas, así como a las instalaciones generales de "Paco Leis".

El acto central consistió en una exhibición gimnástica que resultó muy vistosa y puso de relieve el adiestramiento logrado en tan pocos días. A continuación se procedió al arriado de banderas y la entonación de rigor del "Cara al sol".

La inauguración concluyó con un desfile de los acampados, a quienes el gobernador civil exhortó en una patriótica alocución a "cumplir las consignas diarias para satisfacer nuestras aspiraciones". Después charló animadamente con los acampados, que comentaron sus experiencias.

Todos los detalles de aquella inauguración quedaron reflejados en "Mástil", el periódico del campamento, que preparó una edición especial de 175 ejemplares de cuatro páginas.

A partir de entonces, "Paco Leis comenzó a tomar forma y empezó a consolidar sus instalaciones con la construcción de los dos primeros edificios en 1952, por el empeño mostrado por Manuel Corrochano Gálvez, entonces delegado provincial del Frente de Juventudes.

Flechas, arqueros y cadetes de la OJE, amén de otros muchos chavales no afiliados que ansiaban pasar una temporada lejos de sus casas y valerse por sí mismos, coparon año tras año los turnos veraniegos de "Paco Leis". Hasta se concedían becas para facilitar la asistencia de los chavales menos pudientes.

El campamento siempre estuvo abierto a aquellos jóvenes "que aún sin ser falangistas, lleven en su alma la conciencia de que el ser español es una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el mundo", según la propaganda de la época.

Si hablaran o tuvieran memoria las piedras más antiguas de los pabellones de "Paco Leis", seguramente contarían una apasionante historia repleta de momentos inolvidables, convivencias solidarias y escenas jocosas, maniqueísmos aparte.

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