Creo que, aunque el libreto se irá haciendo día a día, la escena final podría estar ya escrita, y el PSOE se abstendrá in extremis para que Rajoy pueda ser presidente en segunda votación. Ahora bien, en este caso, in extremis no quiere decir sólo en el último minuto, sino en una situación límite y porque no haya realmente otro remedio para evitar unas terceras elecciones.
¿Entenderá esto Rajoy, tan confiado ya en que el tiempo al final lo arregla todo, tan ensoberbecido por su indudable éxito electoral y tan reacio a pujar por las cosas? ¿Querrá y sabrá jugar de forma creíble el papel que el PSOE le exige, que es el de buscarse de veras los votos por otro lado, y mendigar in extremis el apoyo pasivo del PSOE? Quizá toda esa dramaturgia no vaya con su carácter, y por eso no hay que descartar del todo que por no tomarse en serio el teatro político acabe estropeando el final de la obra.
