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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

El muestreo que sale de las urnas

En vista de lo ocurrido hace solo una semana, el 26-J, parece razonable pensar que los ciudadanos quieren un modelo político que garantice estabilidad, seriedad, pero sobre todo seguridad.

Las urnas premian y castigan. Lo que ha ocurrido en Vilagarcía, Cambados, Ribadumia y O Grove lo dice todo. Aunque nadie quiera verlo parece un mensaje claro de reproche a cócteles políticos porque la pluralidad es sana siempre que no se justifique en meros intereses indiciduales o personalismos vacíos.

El PP había perdido fuelle en los comicios anteriores y ahora recobra el pulso. Eso tiene un significado para quien ostenta responsabilidades en las localidades en las que se produjo este cambio de tendencia. Es un aviso a mareantes muy claro: o lo hacen bien o las urnas mantendrán el castigo. Y llega el otoño.

La política estatal puede que tenga muy poco que ver con la municipal pero las urnas siempre han dado resultados mucho más fiables que los demoscópicos, esos que llevan años sin acertar ni la fecha de las elecciones.

Los ciudadanos ni son tontos ni se rigen solo por caprichos o enfados, sobre todo cuando el horno no está para bollos. Quiren seriedad y que quien gobierne gestione los recursos de forma eficiente. Y eso es algo que no se ha visto en un año de gobiernos en minoría o pluripartitos que es como el 24 de mayo dibujó el mapa municipal.

Hace justo una semana la sombra de ese mapa volvió a pintarlo de azul. Podría pensarse que el pueblo se dio cuenta de que es mejor malo conocido que bueno por conocer. Pero aún hay tiempo de rectificar, aún se puede empezar a gobernar de forma que la principal preocupación de los munícipes sea el ciudadano en vez de ellos mismos. Tienen tres años para rectificar y hacer algo mejor que los anteriores No se puede actuar de forma déspota. Tirar por la borda con todo lo anterior es simple chulería. Tampoco sirve utilizar maneras dictatoriales para eludir un asunto polémico en pleno debate como pasó en Cambados esta misma semana.

La línea recta pasa solo por cumplir, en la medida de las posibilidades, lo que reclama el ciudadano. Y es que Juan Pueblo es el que sustenta con sus impuestos a todos los políticos de la comarca. ¡Y son demasiados!

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