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El "sorpasso" de Mariano

Mariano Rajoy lleva toda la vida sentado a la puerta de su liderazgo viendo pasar los cadáveres de sus enemigos. Así que anoche no iba a romper su atávica costumbre. Antes del 26-J le pedían que tirase la toalla, que hiciera un "Breyxit", que dejara paso a la nueva política. Pero él, el buda de Pontevedra, a su ritmo, a modiño. Ni subiendo ni bajando la escalera. Ya sabrán que el líder del PP nunca corre, pero que sale todos los días a caminar rápido. Y así, sin que te enteres, ni él sudar gota, te adelanta por la derecha. Mariano, anoche, fue el que dio el verdadero sorpasso.

Con sus canillas flacas y su mentón en quilla de barco, Mariano Rajoy, el caminante blanco del PP, adelantó anoche a todos sus rivales, saltando por encima de una montaña de muertos propios por corrupción y de víctimas ajenas a causa de una crisis que él mismo timoneó delegando mucho en sus ministros y en el azar. Los resultados electorales revelaron que atrás dejó Mariano al líder de las Nuevas-Nuevas Generaciones del PP, Albert Rivera. Y atrás dejó al líder emergente de la izquierda, Pablo Iglesias, que compareció al conocer los resultados vestido con la sonrisa congelada de un país y visiblemente "sorpassado" por las circunstancias. No le había funcionado la magia de la fusión con IU. La estrategia de polarización que Rajoy e Iglesias compartieron en la campaña solo benefició al líder popular. Al aprendiz de brujo de la coleta no le prendió la queimada. Para eso hace falta ser gallego.

Atrás dejó Mariano a Pedro Sánchez, "el ruiz" que tiene su liderazgo en el alero pese a que anoche salvó los trastos del PSOE después de que los primeros sondeos de la tarde lo dieran por zombi.

¿Quien decía que el 26-J iba a ser "el día de la marmota" del 20-D? A la izquierda ya no le salen las cuentas de Gobierno. A Mariano más o menos sí, a poco que se le arrime Ciudadanos, Coalición Canaria y el PNV. Veremos si lo consigue. Ahora parece que lo tiene más fácil.

Desde luego, el tipo está crecido. Tanto que anoche, al comparecer desde el balcón de Génova, se lanzó a besar a su esposa en la boca. Anoche, Viri, fue la noche del tigre.

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