La victoria del PP en las comarcas es incontestable. En un feudo en el que los populares tienen tradicionalmente un granero de votos muy importante, los electores no solo han renovado su confianza en este partido sino que la han incrementado. En Deza y Tabeirós el bipartidismo se mantiene, aunque con un PSOE que sigue perdiendo apoyos. En Marea, que había irrumpido en la primera vuelta de los comicios, cae en todos los concellos, mientras que la caída del BNG parece no tener límites. Si en diciembre la alegría para el PP era relativa por la pérdida de apoyos, ahora es exuberante.
