Una recomendación de lectura: el reciente libro coordinado por Víctor Lapuente bajo el título de La corrupción en España. Muy aconsejable por varios motivos. El primero es que hablamos mucho de corrupción, pero habitualmente con escaso fundamento. Este libro aporta datos y comparaciones a escala internacional; reflexiones sobre las formas dominantes de la corrupción en España y los mecanismos que la favorecen; propuestas de mejora imitando lo que se hace en otros países. En fin, la obra racionaliza un debate tan relevante como, a veces, desenfocado.
En esencia, no estamos tan mal. No somos el país más corrupto del Mundo. Estamos en la parte baja de los países desarrollados y algunos países emergentes comienzan a hacerlo mejor que nosotros. Por eso no hay que dramatizar ni exagerar, pero tampoco obviar el problema y seguir sin reaccionar. Porque la corrupción no se soluciona "en cinco minutos" o con declaraciones e insultos. Hay que ir al origen del problema y fijarse objetivos de medio y largo plazo.
Nuestra corrupción no afecta al día a día de la administración. Es una corrupción en las alturas y tiene que ver, entre otras cosas, con la excesiva porosidad entre las carreras políticas y la administrativa: con el excesivo peso en la selección de puestos fundamentalmente técnicos y en la concepción de la carrera administrativa como un paso intermedio hacia cargos políticos en una parte de los funcionarios.
Porque los españoles no somos genéticamente corruptos. Pero respondemos a los incentivos y aprovechamos las oportunidades. Cambiemos incentivos y eliminemos esas opciones.
*Director de GEN (Universidade de Vigo)
@SantiagoLagoP
